eclipse -Pablo gavi

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Pov leah

Le acaricio el cabello a Gavi mientras él estaba recostado en mi pecho, estábamos en silencio los dos en el balcón de la casa, mirando la noche estrellada y lo linda que estaba la luna

—me dirás lo de tu sueño y el mensaje? —le pregunto mientras él acariciaba mi tatuaje de la luna en mi muñeca, haciendo trazos suaves con su dedo sobre el

había estado esquivando todo el rato el tema, pero ya era mucho, quería saber

—no es importante Ricci

—si lo es, por algo no me quieres contar, no te hagas el bobo

yo me siento para que se lo tome enserio y se siente también, lo hace sin ganas para luego mirarme y suspirar

—solo fue un sueño muy raro que me dejó un mal sabor en la boca...estabas tú, mal, muy mal, en la camilla de una clínica, yo estaba a tu lado y luego me tienen que echar de la habitación porque tus latidos ya no funcionaban regularmente, te estabas muriendo

—estoy aquí gavira, no me moriré, tendrás que aguantarme muchos años más —yo suelto una risa leve y el me sonríe pero aún lo noto preocupado

me acuesto en su pecho y el me apega más hacia él envolviéndome en sus brazos

—Yo me muero si tú no estás leah

alzó mi cara para verlo y me causa una pena increíble ver como tiene los ojos cristalizados ¿porque tenía tanto miedo de perderme? por mi enfermedad, la arritmia?

—qué pasa pablo? Siento que no me cuentas todo, es por mi enfermedad, por eso tienes miedo? —le preguntó dudosa y él me mira a los ojos antes de bajar su mirada, para luego mirar la luna una vez más

—hoy me llegó un mensaje, de un número desconocido, diciendo que te cuidará muy bien, solo eso. Pero me entro un miedo de la hostia de que alguien quiera hacerte daño, no quiero que te pase nunca nada

—no hagas caso a esas bobadas, de seguro no es nada, ya verás que estaremos bien y no pasará nada malo

el asiento indeciso antes de darme un delicado beso en los labios, un beso tierno y suave

se que no está del todo convencido, le conozco, pero sé que no me pasarán nada malo, quien querría hacerme daño? en Barcelona dudaría de Ana, pero acá? no hay razones para que alguien me haga daño.

Nos quedamos un rato más con gavi viendo la noche estrellada hasta que nos entró el sueño e ingresamos nuevamente a la casa, ya mañana llegaba mi familia y con eso se acababa la paz de esta semana

—Ven, yo te ayudo —me dice el sevillano mientras me desmaquillaba frente al espejo del baño el poco rímel que me había puesto hoy

—con cuidado eh, que no me quiero quedar sin pestañas

Le pasó el algodón con el agua micelar y con delicadeza lo pasa por mi ojo, tratando de no hacerme daño

—pareces un mapache con el ojo negro —se burla de mi mientras ríe y yo le pego un manotazo para luego largarme a reír, sigue haciendo su trabajo hasta que no queda ninguna gota de máscara de pestañas— perfecta amore mío

el me sonríe con sus ojos brillosos antes de dejar un beso en mi cabeza y tomarme por los muslos para que enrolle mis piernas en su cintura y llevarme corriendo entre risas hasta la cama

nos acomodamos cada uno por su lado para que luego gavi se apegue lo más que pueda a mi poniendo su mano en mi cintura y su cara en mi cuello

nos quedamos dormidos así, pasaron las horas y no se que me sucedió que me entraron unas ganas de vomitar horribles así que me paré casi corriendo al baño despertando también a Gavi por tenerlo durmiendo abrazado a mi