22

3.5K 173 38
                                        

Pov leah
Francia, Paris

Sola, estaba completamente sola desde hace 2 días desde que gavi me dejó acá en paris por irse a españa con Ana.

Fácilmente podía irme en el avión privado que tenía cuando quisiera, pero ni siquiera tenía ánimos para hacer algo o levantarme de la cama.

Solo he salido a comprar cosas para comer en estos dos dias, nada más.

Me sentía deprimida, cansada, muy cansada, de todo pero más de mi, porque me sentía culpable de no poder dejar de sentir lo que estaba sintiendo, porque este dolor era de la hostia.

Lo que más me daba miedo, era que apesar del puto daño que me hacía yo lo seguía amando.

Miles de preguntas se me han pasado por mi cabeza y no me las he podido sacar en ningún momento ¿que me faltaba? digo mirándome al espejo, observando cada parte de mi cuerpo y más ansias tenia de ser como ella, de ser como Ana, porque entiendo el que la haya escogido a ella, cualquier persona inteligente lo haría, yo no era nada comparado a ella.

El toque en la puerta interrumpe mis pensamientos y me acerco a ella con esperanza de que sea el, pero no lo es.

Alex y Diego se encontraban en el marco de la puerta, ambos con una camisa que decía "i love paris" con un corazón enorme, me miraban con una sonrisa feliz mientras me mostraban un oso de peluche enorme.

No podía amarlos más.

Suelto una risa ocultando las ganas de llorar pero no me ayuda el hecho de que dejen sus bolsos de lado para abrazarme con fuerza, sosteniéndome para no romperme una vez más.

Lloro como si fuera una niña pequeña en los brazos de ambos, no me preguntan él porque gavi se ha ido o el porque no volví a España, solo se quedan en silencio apoyándome, que era lo que más necesitaba en estos momentos, no quería preguntas, solo quería que estuviesen conmigo y que hayan viajado desde España hasta acá cuando les dije que no estaba bien me hace darme cuenta lo mucho que los amo.

Diego era mi hermano de sangre, Alex no era de sangre pero se sentía así desde que lo conocí cuando éramos unos críos.

—Todo estará bien, ya estamos acá—me dice mi hermano cuando nos separamos del abrazo, dejando un beso en mi cabeza

—No te dejaremos nunca sola castaña, nunca —miro a Alex con los ojos llorosos y él me miraba con una sonrisa de pena

No hacía falta decirles que estaba locamente enamorada de gavi, ellos lo sabían porque me conocían tanto como si de mirarse al espejo se tratase.

—que va, saldremos de aquí, que esta cueva no es para nada bonita como las calles de parís, así que ve a bañarte que haremos de turistas hoy

Alex me empuja hacia el baño y yo lo miro mal, me saco el pijama que llevaba puesto para después meterme a la ducha, cuando salgo con la toalla envuelta en mi cuerpo, no está mi hermano, solo está Alex acostado en la cama con su celular

—diego bajo a ver la alberca del
hotel —me dice antes de darse vuelta poniendo su cara en la almohada para no verme mientras me cambiaba de ropa

—donde piensan ir? —preguntó buscando ropa para hoy

—ya verás castaña, vinimos para estar contigo y subirte el ánimo, así que créeme que será un día feliz 

—venga, date vuelta que ya me he cambiado y quiero darte un abrazo

Estaba sensible, a la mínima muestra de cariño mis ojos ya estaban cristalizados, sentía que no merecía a veces a la gente que tenía a mi alrededor, que eran mucho para alguien como yo.

eclipse -Pablo gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora