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Pov leah
Una semana después...

—tía cuidado! —grita Giovanni, mi sobrino antes de que Alex me lance a la pileta

salgo del agua entre risas antes de pegarle un manotazo a Alex mientras este se reía

—no toques a mi chica Alex —dice gavi acercándose a mi por la espalda para luego dejarme un beso en el hombro

acariciaba con delicadeza mi barriga por debajo del agua y yo solo puedo mirarlo antes de sonreír

hace una semana que nos habíamos enterado que estaba embarazada, apenas tenía un mes y una semana por lo que nos decía el doctor cuando fuimos el otro día, oír su corazón creo que fue una de las cosas más lindas que me pudo haber pasado, pero más aún la mirada de Pablo llena de amor y lágrimas sin parar de sonreír, jamás se me olvidaría y lo tendría siempre en mi mente como uno de los momentos más felices de mi vida

no niego que me costó aceptarlo, tenía mucho miedo, un miedo de la hostia y miles de dudas e inseguridades, pero luego eso se traspasó en felicidad pura al oír sus latidos

planeábamos decirle a la familia cuando se cumplan los dos meses, que se cumplían en pocas semanas así que no quedaba nada. Además esperaríamos a que llegara la familia de Gavi para contarle a todos juntos, que llegaban hoy por la tarde

—iremos a Disney con los chicos, queréis ir? —nos pregunta Niccolò y yo dudo antes de negar

—prefiero quedarme en casa hoy, hemos salido casi todos los días

le respondo saliendo de la pileta envolviéndome en una toalla, Niccolò asiente antes de acercarse a mi y dejarme un beso en la frente. Me despido de Darío y los demás niños con un beso en la mejilla antes de que se vayan dejándonos solos a mi y a Alex, diego y gavi

mis padres habían ido a la empresa hoy, era verano pero ellos no paraban nunca

—podríamos hacer una maratón de marvel, os apetece? —les digo estrujándome el cabello con la toalla, estos asienten y yo me dirigo hacia él interior de la casa

subo a mi habitación y me coloco ropa cómoda sacándome el bikini, me miro al espejo para ver si me veía bien y es ahí cuando Gavi entra a la habitación, me envuelve en sus brazos y coloca su cara en mi cuello mientras acariciaba mi barriga mirándonos al espejo

—no tienes miedo? —le preguntó dándome vuelta para poder mirarlo

—porque lo tendría?

—no lo sé, yo no sé de bebés, qué tal si lo hago mal? o si le hago daño? apenas he cambiado pañales ¿nuestros padres como se lo tomarán? ¿el mundo como se lo tomará? si no creen que soy lo suficientemente buena para ser solo tú novia imagínate a pasar a ser la madre de tu hijo

al ver como me alteraba gavi me toma de la manos tratando de tranquilizarme, con su sonrisa lo hace de inmediato

—ricci, también tengo miedo, pero si estoy contigo en el proceso se me quita un poco más. No ha nacido aún y ya se que tendrá a la mejor mamá que se puede tener, es cosa de mirarte, eres un ser de luz increíble que hasta me gustarías que todos tuvieran una leah en sus vidas —él suelta una risa y me limpia la lágrima de felicidad que recorre mi mejilla— sin decir que tendrá a la mamá más sexy del mundo, ah que si massimo

yo me rio al ver como se arrodilla para intentar hablar con mi barriga, recuerdo la vez que estábamos en paris hablando de los nombres que nos gustaba, principalmente era maximo pero para agregarle el toque italiano se decidió por Massimo, me daba más gracias un que asumiera desde ya que era un niño cuando no sabíamos aún

eclipse -Pablo gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora