Capitulo 2 - Mal sabor

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Habría dormido un par de horas mas en la cama, si no fuera porque su frazada había sido despojada de su dueño con brusquedad, y las cortinas dejaran entrar la luz cegándolo por completo.

-¡Ahg! ¡Dona, me dejaste ciego! – cubre sus ojos por el dolor.

- Hay no seas dramático, vamos levántate, al que madruga dios le ayuda – levanta la ropa sucia de la habitación.

- Pero si son las 7 de la mañana – menciona mirando con dificultad el reloj – tengo el día libre Dona déjame dormir.

- y dejar la casa como un chiquero, anda vamos – sale de la habitación con la ropa del joven.

- ¿A dónde llevas mi ropa? ¿Quieres que este desnudo todo el día? – sale en calzoncillos de la habitación.

- Ahí esta el baño, hueles a zorrillo, sáquese a bañar, después de desayunar seguiremos limpiando – entra al cuarto de lavado.

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Era común para Dona hacer ese tipo de actividades todos los sábados, no tardaban mucho tiempo, pero para Andrew era una pereza de hacer, pero hacia su trabajo bajo los regaños de Dona, esa mujer podía mandar al joven asta para lanzarse de un avión, pero por ella Andrew mataría sin duda alguna, era como una madre, como una abuela y como una amiga, estaría perdido de no ser por ella, pero las circunstancias no se dieron en su totalidad.

-Dona ya acabe por aquí – avisa.

- Te tardaste, ya te estas volviendo viejo – suelta una carcajada, con un pedazo de sandia en la mano – te digo que estas perdiendo el tiempo.

- Ya Dona deja ese tema por la paz – toma un trozo de la fruta.

- Lo are cuando pase – muerde su porción.

Andrew degustaba su pedazo de sandia con todo gusto, luego se percato de la apariencia de la mayor, estaba mas arreglada que de costumbre, era un apersona mayor, pero para el era la abuelita más linda del mundo.

-¿A dónde tan arreglada, Dona? – sonríe pícaro.

- Hay cálmate – le da un zape – voy a donde no quieres acompañarme.

- Hay no ¿Iras a ese salón? – hace una mueca – Sabes que no soy de ir a cenas elegantes, soy de barrio y de ahí no me sacas.

- Que seas de barrio no significa que no te guste ir, vamos es la fiesta de cumpleaños de Mina, sabes que es una adoración, hasta te quiere como un hijo – recoge las sobras de la fruta.

- Lo único que quieres es buscarme un ligue en ese lugar – escupe las semillas a la basura.

Dona sentía tristeza por Andrew, desde corta edad había sufrido tanto del desamor que el concepto de amor, no lo sentía merecedor de tenerlo, durante su estancia con ella trato de darle el amor mas grande a una madre, aunque no lo fuera, tomando en cuenta que quien más daño le había hecho fue quien le había dado la vida, tenía miedo de que se quedara solo sin ninguna mujer que le acompañe el resto de su vida, quedando solo como un ermitaño cuando ella faltara.

-Bueno no sería una mala idea, además habrá comida y tragos, hace mucho que no te veo divertirte, desde que se fue Marco, dejaste de salir – limpia la mesa.

- Él tenía que salir a estudiar – aclara el tema – además con el perdí el contacto no viene al caso.

- Vamos Andrew, solo esta vez, ¿Quieres que este sola en la calle a tales horas de la noche? – hace un puchero rogando.

LA MIRADA DEL CUERVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora