VIII

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DESPERTÉ DANDO UN RESPINGO, para luego comenzar a vomitar. El vómito negro me asustó por completo, porque no sabía ni donde estaba ni qué ocurría. Miré a mi alrededor con mi respiración agitada y lágrimas saliendo de mis ojos y di otro respingo al sentir unos brazos abrazándome por detrás.

—Tranquila, tranquila.

La voz de Stiles me tranquilizó un poco, relajando por completo mi cuerpo. Acepté su abrazo, abrazando sus brazos, y mi respiración comenzó a regularizarse. Miré a las personas que nos rodeaban y noté que estaba en una camilla de la clínica de Deaton, y ahí estaba Derek y el chico rubio que reconocí como Isaac.

—¿Qué demonios pasó?— Pregunté en un jadeo.

Alcé mi vista para ver a Stiles, su rostro de preocupación y sus ojos rojos hicieron que mi pecho doliera un poco. El solo me observó para después dar un cálido beso en mi frente.

—Te inyectaron Acónito.— Habló Deaton. —Algo sumamente fuerte para hombres lobos, aún más fuerte para humanos.— Continuó hablando, haciendo que lo mire. —Estuviste al borde de morir. Te trajeron a tiempo y pude darte...— Enseñó un frasco vacío, que no se miraba para nada como algo que yo conociera. —una especie de suero.— Continuó hablando.

Sentí mi rostro empalidecer al escucharlo. Volteé mi mirada a Derek, y por primera vez, noté algo de preocupación en su mirada. Él asintió levemente, y volví ver a Deaton. Él me dió una mirada que comprendí perfectamente; no era casualidad que sobreviviera a tal inyección.

Aún necesitaba decirle a los chicos, y ahora con mucha urgencia, porque estoy segura de que van a llenarme de preguntas, y lo peor es que no sabré como responderlas.

—Al parecer, vomitaste todo lo que quedaba de Aconito en tu cuerpo, asi que por ahora, necesitas descansar todo el tiempo posible. Me gustaría que habláramos mañana.

Asentí levemente, para luego tratar de bajarme de la camilla, aún con los brazos de Stiles rodeando mi torso. Bajé cuidadosamente y al estar parada sentí un terrible mareo que hizo que me balanceara un poco, pero Stiles pudo ayudarme a no caer.

Stiles me ayudó a caminar sin caerme hasta su Jeep, y me ayudó a subirme. Él también subió y arrancó el Jeep en silencio. Sentía que estaba evitando hablarme, evitando mirarme, y no entendía el porqué.

—¿Qué pasó?— Pregunté débilmente.

Tragó saliva. —Pudimos sacar a Isaac, fui a buscarte y te encontré tirada en el suelo.— Dijo con notoria dificultad por la voz entrecortada.

—Oh.— Fue lo único que pude decir.

Mi cabeza seguía dando vueltas, y aún sentía ese miedo constante, ese pánico tan desesperante que sentía que me ahogaba. Y así como yo lo estaba pasando mal, sabía que Stiles no estaba mejor que yo. Lucía muy preocupado, y sé que Stiles tiene problemas de ansiedad, lo que me hizo sentir peor.

Estuvimos todo el camino en total silencio, yo estaba luchando por no quedarme dormida, pero el silencio lo hacía casi imposible.

Al llegar, Stiles estacionó el auto y lo apagó, para después soltar un pesado suspiro.

—Lamento haberte preocupado.— Dije, sintiendo mis ojos pesar más que nunca.

—No te disculpes. No es tu culpa.— Dijo y dejó caer su cabeza hacia atrás, apoyándola en el respaldo.

Nos quedamos en silencio otro segundos más, pero la horrible tensión aún estaba ahí.

Tomé su mano en un intento de tranquilizarlo, y pareció funcionar.

𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫𝐞 » 𝑆𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑆𝑖𝑙𝑖𝑛𝑠𝑘𝑖 ♡︎ 𝑇𝑊 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora