IX

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NOS ENCONTRAMOS A ALLISON por los pasillos de la escuela, y las tres nos dirigimos a la clase de deportes.

No es por ser modesta, pero siempre se me dieron bien los deportes. Había practicado muchos de ellos durante mi infancia, y en algún momento llegué a ganar varias medallas. El problema es que hacía mucho no hacía algo de actividad física, así que sería realmente complicado volver a practicar algo.

Estábamos Lydia y yo observando el gran muro de escalar, con cierta angustia de tener que escalarlo nosotras.

No me sentía para nada cómoda de tener que escalar el muro con un gran montón de adolescentes mirando desde abajo, y al parecer Lydia tampoco. Sumándole que Lydia había estado quejándose de su atuendo no-a-la-moda, que consistía en un short deportivo ajustado y una camisa ajustada. Yo ya me había acostumbrado a usar este tipo de ropa, por lo que no me sentía incómoda al respecto, pero era agotante escuchar las múltiples quejas de Lydia respecto a su ropa.

—Realmente odio deporte.— Se quejó Lydia mientras se acomodaba un poco el short.

—Calmate, Lydia.— La miré. —Solo es una hora y podrás cambiarte de nuevo.

—No me gusta estar vestida así ni por una sola hora.— Me miró mal.

—Pues me hubieras dicho antes para saltarnos la clase.

Lydia rodó los ojos y volteó su mirada a Allison, quién escalaba el muro junto con Scott. No era difícil notar los constantes coqueteos entre el par de chicos mientras escalaban. Allison pateó el pie de Scott, haciéndolo caer sobre las colchonetas, y un montón de risas se escucharon por todo el gimnasio, incluidas las del entrenador.

El entrenador se agachó, hasta quedar cerca de Scott. —McCall, no sé porqué, pero tu dolor me da diversión especial.— Se levantó. —¡Siguientes! ¡Erica y Lexy!

Rodé los ojos al escuchar la risita de Lydia y bufé antes de comenzar a caminar hacia el muro. Mientras me colocaban el arnés, miré hacia la cima del muro, algo aterrada. Dirigí mi mirada hacia mi compañera, Erica, quién lucía nerviosa, incluso asustada.

Una vez que me colocaron el arnés, me acerqué disimuladamente hacia Erica.

—Hey, no estés nerviosa.— Dije casi en un susurro y ella me miró. —Te ayudaré a subir, y evitaré que caigas. ¿De acuerdo?

Erica sonrió levemente y asintió dudosa. Me posicioné frente al muro, y el silbatazo del entrenador sonó. Esperé a que Erica comenzara subir para subir detrás de ella. Mis planes eran mantenerme por debajo o igual de ella para poder ayudarle en caso de que algo suceda, y así lo estaba haciendo. No era necesario fingir que se me dificultaba subir, porque realmente era difícil.

En un momento, Erica se detuvo, soltando un pequeño jadeo y comenzando a temblar. Me detuve junto a ella al instante.

—Erica, tranquila. Nada malo va a pasarte.

Erica ni siquiera me miró, sus brazos comenzaron a temblar descontrolados, en el punto en el que ya no sabía que hacer.

—¡Erica! ¿Estás bien? ¿Te sientes mareada?¿Es vértigo?— Se escucharon los gritos del entrenador.

—El vértigo es una disfunción del sistema vestibular, del oído interno.— La voz de Lydia se escuchó después de la del entrenador. —Ella solo está hiperventilando.

—¿Quieres bajar ya?— Le pregunté suavemente.

Múltiples risas se escucharon abajo, algo que definitivamente no ayudaba para nada.

—Estoy bien.— Habló Erica con dificultad y tartamudeando.

—Está bien, está bien.— Hablé para que los de abajo escucharan y dejaran de reír.

𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫𝐞 » 𝑆𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑆𝑖𝑙𝑖𝑛𝑠𝑘𝑖 ♡︎ 𝑇𝑊 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora