03 - Golden Boy

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El muchacho pelinegro se miraba en su reflejo, solo suspiró, cambió su rostro cansado a una expresión encantadora.

Se suponía que le presentarían a Kang Haerin, la omega del momento, ya que, contra todo pronóstico, ella era una chica cambiaformas, cosa que llamó la atención de todo el mundo.

La familia de la omega buscaban el mejor alfa para su hija, el linaje más puro posible, con la esperanza que, al tener hijos, estos nazcan con los mejores genes, incluido el propio don de transformarse en un adorable lobito a voluntad, tal como esa Kang Haerin podía hacer.

Y el era uno de los candidatos principales, familia de magnates, heredero de una fortuna, hijo único y perfecto, apodado el golden boy por todas sus cualidades.

Pero a Nishimura Riki le importa tres pepinos qué tan fabulosa pintaba esa omega.

Porque esa desconocida no era quien el quería para su compromiso.

Aún, con esfuerzo, se arregló con ropa elegante, se acomodó el cabello hasta quedar perfecto, y se colocó una sonrisa rompecorazones en el rostro.

Luego de una última mirada en el espejo, se volteó para salir de su amplio dormitorio.

Su sonrisa no duró mucho al ver al chico pelirosa, parado en el umbral de la puerta, el beta lo miraba con súplica.

Había discutido con Kim Sunoo en cuanto se enteró que le presentarían a una omega, exigiendo que se revelara contra sus padres, ya que el no quiere ese arreglo.

Ya lo habían discutido muchas veces. Ya que ambos deberían mantener su relación en secreto.

La familia Nishimura no dejaría que su linaje se perdiera si su último descendiente elegía a un beta; su familia no funcionaba así, ellos eran alfas y omegas, no había lugar para algo como Sunoo.

Para el mundo, ellos eran amigos; pero a solas ellos eran su propio mundo.

Y por esa razón el corazón de Ni-ki se destrozaba cada vez un poco más.

No habían hablado desde hacia unos días, cuando la señora Nishimura había aparecido en la casa de su hijo para darle la noticia de su compromiso.

Pero cada vez que cruzaban, Sunoo tenía esa misma expresión de "Por favor, no lo hagas" en el rostro.

Ni-ki suspiró, se acercó a Sunoo con paso tranquilo, hasta quedar a unos centímetros del rostro de el pelirosa.

- Por favor, no sigamos así- Pidió el pelinegro, mirando los ojos de el pelirosa, aunque el tenía la vista en el suelo.

Sunoo no contestó, y Ni-ki se desesperó un poco, tomando el rostro de el beta.

- Suni, mírame- Exigió, pero no obtuvo respuesta.

Apretando los dientes con fuerza, sintió sus caninos siendo apretados y su voz salió de lo más profundo de su pecho- Sunoo, mírame.

El pelirosa reaccionó automáticamente con la voz de alfa de Ni-ki, el pelinegro sintió como un balde de agua fría caía sobre el al ver los ojos de el beta a punto de estallar en lágrimas.

Apoyando la frente en la de Sunoo, suspiró para calmarse.

El pelirosa sintió un cosquilleo cuando el aliento de Ni-ki chocó contra sus labios.

- Lo siento, lo siento- Se disculpó el pelinegro- No te gusta que use mi voz de alfa, lo sé... Es que... Estoy demasiado estresado Suni.

El pelirosa asintió.

- Por favor, di algo- Pidió.

Sunoo tardó un momento en hablar.

- Ya sabes lo que diré- Dijo, por lo bajo.

Delta ● MinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora