07 - Destino o coincidencia

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Haerin no supo a dónde se fue Minji después de eso.

Sólo sabía que no había aparecido en toda la noche, que volvió en la mañana, buscó las cosas de la universidad y se fue, ignorando sus súplicas para hablar.

Y fue cuando Haerin se rindió.

Se había dejado llevar por sus instintos de loba, y los instintos no funcionaban para las personas, y menos para alguien tan poco loba como Minji.

Mandó a la mierda a su loba interior, quien quería que la azabache le diera atención, y también mandó a la mierda a Minji.

Acomodó las sábanas sobre su cama alrededor de ella, dejando una para cubrirse hasta tapar su cabeza, para sentirse más protegida, y sólo se quedó allí abrazando la almohada.

— Wow, llegas temprano— dijo Hanni al ver a la azabache entrando al supermercado, no había terminado de subir la reja de la entrada y Minji sólo había entrado agachandose, sin disminuir su paso apresurado.

La pelinegra frunció un poco el ceño al no escuchar respuesta por parte de Minji.

— ¿Te pasa algo?— dijo, entrando a la sala de empleados para a Minji haciéndose un café en la cafetera con una expresión seria, pero con un dejo de enojo. La chica se encogió de hombros, sin siquiera mirarla.

Hanni notó las ojeras oscuras bajo los grandes ojos de Minji.

— Mira, no te he hecho nada para que estés enojada conmigo, así que te calmas— el tono de Hanni sonaba hartado, apenas había empezado el día y ella no estaba para soportar a una universitaria actuando con una niña ofendida.

— Justamente, Hanni, no me has hecho nada— dijo, luego de unos segundos de mirarla con frialdad—. Y por eso no te importa cómo mierda esté, ya que no es tu culpa.

Hanni se mordió el labio con fuerza, en un acto insignificante para calmar su enojo.

— Estas peor que una niña en su primer celo, Kim— dijo, alzando una ceja—, tu puta madre...

Y salió del lugar, más enojada de lo que habría entrado.

Minji no dijo nada en toda la mañana, haciendo su trabajo en silencio y con la misma expresión seria, casi molesta, que cargo toda la mañana.

Hanni no se molestó en hablarle, la chica también ofendida por la actitud de mierda de Minji hacia ella, no le había hecho nada para tratarla así.

Pasó su turno y Minji dejó su delantal y tomó sus cosas, sin decir nada ni despedirse, caminó hasta en universidad a paso apresurado, seguía molesta, por lo que llegó más temprano a su destino.

Vio a la castaña bajar de la motocicleta, hablando por teléfono con una sonrisa, la que se borró rápidamente al ver la expresión seria con la que Minji la miraba.

— ¿Te pasa algo, Kim?— preguntó Hyein, acercándose a la azabache.

Fue cuando Minji se dio cuenta que había detenido su paso al cruzar a la alfa de ojos marrones.

Sin decir nada, continuó caminando.

Unos pasos apresurados la siguieron y la bibliotecaria apareció a su lado, fue cuando Minji notó que la chica era de su misma estatura.

— Tienes el mismo olor de ayer, un poco menos— comentó—, aunque un poco diferente.

"No tomó los supresores" pensó.

Minji no respondió.

La castaña la miró, sin cambiar su expresión.

— Aunque estuviera algo mal ni tendría por qué contarte.

Delta ● MinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora