11 - Te están buscando

182 26 1
                                    

—¡Minji!

La nombrada alzó la vista con sorpresa, para encontrarse con Hyein.

—¿No puedo tener un sábado tranquila?—dijo, aunque en tono de broma, no le molestaba que esa chica estuviera allí.

—Con lo ocupada que estás dudo que sea así, está tan atestado de clientes—dijo, con una sonrisa falsa, haciendo un ademán al lugar, donde con suerte llegarían a ser cinco personas haciendo sus compras.

Minji se encogió de hombros.

—¡Hye!~—la voz alegre de Hanni, aunque era rara para Minji, muy cotidiana para la alfa, hizo que ambas mirarán a la sonriente pelinegra, que llevaba puesto un vestido violeta, del mismo tono que sus uñas, y demasiado corto para el gusto de Minji.

—Para usar eso porqué no sales desnuda— comentó Minji, haciendo que la sonrisa de Hanni desapareciera.

—Calla—sintió un zape en la nuca por parte de Hyein, frunció el ceño, algo molesta—como si te vistieras bien como mi pequeña Hanni—cubrió con un brazo los hombros de la pelinegra, quien volvió a sonreír.

Minji rodó los ojos, las chicas decidieron irse y Hyein fue la única única se despidió, al menos de lejos, de la azabache, alegando que el olor a café le quedaba bastante bien.

No les dio mucha importancia a las chicas y volvió a ver las páginas de su libro, aunque no leía.

Había pensado toda la mañana en lo que había visto en la televisión, no había terminado de escuchar todo, pero las charlas de los clientes le habían dejado claro que ese tal Nishimura Ni-ki había dado una descripción de Haerin, su altura y peso, color de su cabello y ojos, y lo que llevaba puesto la última vez que la habían visto; para después describir a su forma de loba, aunque Minji creía que se habían equivocado completamente, ella misma había visto lo adorable que era la omega en su forma animal, como una cachorrita de pelaje blanco que parecía de unos pocos meses, mientras que, por lo que había escuchado, Haerin cambiaba a una loba más adulta pero pequeña y algo delgada.

Y para su mala suerte, también habían dicho que la omega tenía más posibilidades de estar en ese mismo barrio.

También se había pedido alerta por si alguien llegaba a sentir el olor a manzanas y caramelo, propio de Haerin.

Y cuando escuchó el tema del olor, Minji supo que estaba bastante jodida.

Con todo su departamento apestado a Haerin, que ya de por sí tenía olor fuerte, sumando que ahora la chica estaba en celo y había incrementado, más que Minji ni siquiera tenía olor propio para al menos disimularlo, y que cargaba con el aroma de la omega todo el día por dormir juntas toda la noche... Nada parecía estar a su favor.

Y por más que no quería tocar el tema, porque sabía que a Haerin le provocaba temor, y que a ella tampoco le gustaba la idea de que ocurriera, era algo inevitable.

Debía hablar con Haerin de qué pasaría cuando ya no pudiera esconderse más.

Terminó su turno y caminó más apurada de lo normal hacia el departamento sintiéndose casi perseguida, aunque siendo paranoica. sabía que sólo estaba

Hacía mucho frío, y por más que tuviera varias capas de ropa, este le llegaba a la piel de su cuello, provocando molestias en su garganta.

Y aunque iba con la cabeza gacha para esconder su cuello en la campera, igual alzaba la vista para ver.

Los autos oscuros seguían allí, por cada coche de policía había uno, aunque ahora, esas personas vestidas de trajes se veían mucho más amigables que los días anteriores, más sonrientes, desprendiendo olor a confianza.

Delta ● MinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora