14 - Cumple tu promesa

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El sábado continuó con tranquilidad, con ambas sentadas en la cama todo el día, hablando para conocerse mejor.

Minji se sentía más confiada y abierta hacia Haerin, la omega ya había escuchado su mayor secreto, no había nada que fuera peor, así que no se contuvo en contarle cosas.

Haerin, por su parte, tampoco se había quedado atrás con sus anécdotas más personales.

Le había contado a Minji que, para el resto de la familia Kang, Haerin era una decepción, casi un error.

Haber nacido y haberse presentado como omega era su gran error.

Su familia no la aceptaba, no la trataban mal, pero si de forma distante, y no la consentían tanto como a sus hermanos, quienes tampoco eran malos con ella, sino era más bien su madrastra -tambien alfa-, quien presumía todos sus logros por ellos, y nunca se ahorraba la frase de "por ser un alfa exitosa".

Y ella solo era una omega.

Por eso pasaba todo el tiempo con su abuelita. Madre de su madre biologica, quien tenia su casa en el mismo terreno que su familia, aunque bastante alejado de aquella mansión por el amplio patio trasero, en una parte con más árboles, plantas y pasto descuidado.

Su abuelita era la persona más dulce del mundo, y Minji pensó que debía ser de ella de donde Haerin había heredado toda esa misma dulzura.

Ella le había enseñado un montón de cosas de la naturaleza, además de cosas de cocina y como tejer, bordar o coser, alegando que eran cosas que "toda buena omega debía saber".

Haerin no había ido a la escuela, siempre fue educada en casa por una chica beta, quien amaba tanto a su abuelita como ella, ya que siempre estudiaban en la casa de la mujer mayor.

—Mi abuelita es la única persona que extraño, y me preocupa que esté mal por mí— dijo la omega—, aunque ella sabía que iba tras mi alfa, así que debe saber que estoy bien— sonrió de lado, mirando a Minji.

La castaña no supo bien qué decir ante eso, así que sólo se quedó callada.

—Ella me enseñó el secreto de ser cambiaformas— añadió, bajando la cabeza hacia sus manos.

Minji la miró con curiosidad y atención.

—No es genético, como dicen mis padres o las otras personas...

>> Cambiar a tu forma animal implica una conexión con tu lobo interior tan fuerte que son uno mismo, ambos funcionan al mismo tiempo y al cambiar de forma sólo... Dejas salir la imagen de tu lobo al exterior.

>> Es algo que se fue perdiendo de a poco, cada vez las personas son más humanos e ignoran sus instintos, dejan de lado a su lobo porque considera primitivo.

>> Además, la falta de contacto con la naturaleza, al ser tan dependiente de la tecnología hace que nos apartemos de nuestra parte animal.

Minji estaba un poco sorprendida.

Vio el mohín en el labio de Haerin.

—Por eso no importa qué tan alfa sea quién me ate—continuó Haerin, su expresión era casi melancólica—, mis hijos saldrán tan normales y tan idiotas como los que quieren emparejarme si los crían como a los demás.

Minji asintió en silencio, no fue necesario preguntarle para saber que Haerin había intentado decirle eso mismo a sus padres, pero no la habrían escuchado.

Con el hecho de tratarla de menos por ser omega sabía que clase de personas sabrían.

—¿Tu abuelita también es una cambiaformas?

Delta ● MinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora