De nuevo, en todo el camino hacia el departamento, Minji no soltó la mano de Haerin, aunque esta vez, la omega estaba segura que era apropósito, porque la otra solía mirarla cada tanto, sonreírle y dejarle un beso en su mano con cariño.
Un domingo temprano, con todo el exterior abrigado en nieve parecía la excusa perfecta para que nadie saliera de su departamento, y los pasillos del edificio estaban tan vacíos que daba la sensación de que todo el mundo las había dejado a solas para que ellas hagan lo que quisieran.
Minji apenas terminó de cerrar la puerta con llave cuando Haerin volvió a lanzarse sobre sus labios, sonriendo y respondiendo al instante, mientras comenzaba a quitarle prenda por prenda a la otra, dando a pie a que la omega hiciera lo mismo.
El camino hacia el dormitorio fue regado de ropa de abrigo que ahora era innecesaria.
Minji alzó el cuerpo de Haerin, y esta enganchó sus piernas alrededor de las caderas de la otra.
sin dejar de besarla.
La omega comenzó a frotar su intimidad contra la parte baja del estómago de Minji haciendo un esfuerzo para llegar hasta el miembro de la mayor, provocando que esta suelte un jadeo contra sus labios.
Minji dejó a Haerin sobre la cama, de forma suave, pero se sorprendió cuando la omega fue un poco más brusca al girar sus cuerpos, cambiando de posiciones.
La sonrisa en los labios de Haerin ya no era tan adorable, sino más atrevida.
La chica no le permitió hablar, quitándose su remera para luego hacer lo mismo con la de Minji, para continuar bajando los pantalones y bóxer de la otra, mirando el falo semierecto con un brillo en los ojos.
Minji vio como la otra se relamió los labios y supo que Haerin no pediría permiso.
La omega acercó su boca para pasar su lengua desde la base hasta la cabeza del caliente miembro de su unnie, mordiéndose el labio con fuerza.
Haerin lamió un par de veces la cabeza, jugando con su lengua con la misma, y con el orificio en esta que comenzó a gotear presemen.
Sintiendo el falo cada vez más duro y erecto, metió todo el largo en su boca, succionando mientras pasaba su lengua sobre el mismo.
Escuchaba los gemidos bajos de Minji, acompañando sus jadeos, que no llegaban a silenciarse del todo por el miembro en su boca, subiendo y presionando con sus labios alrededor del mismo.
Sintió los dedos de Minji enredarse en su pelo, dando leves caricias en su cuero cabelludo mientras la ayudaba con el ritmo.
Minji sentía que no iba a aguantar mucho más tiempo sin venirse en la boca de Haerin, aunque no le disgustaba la idea ni un poco.
De golpe, Haerin se retiró del miembro de Minji, haciendo que esta abriera los ojos, viendo a la omega acercarse con una sonrisa pícara, mientras se lamia los labios, notó que Haerin ya no tenía sus pantalones, quedando ambas desnudas, pero la chica se apoderó de sus labios, creando un beso húmedo, algo salado, y lleno de sensaciones que hizo a Minji cerrar los ojos para hundirse más profundamente en ellos.
Sin cortar el beso, Haerin acomodó el miembro de Minji en su entrada, húmeda, pidiendo consolarse.
Comenzó a bajar sobre el miembro, soltando un gemido tanto de placer y dolor por su cavidad aún estrecha.
Ante ese sonido, Minji abrió los ojos para mirarla con preocupación, tomando su mano para entrelazar sus dedos.
—E-estoy bien— respondió Haerin con una sonrisa, algo entrecortado por su respiración agitada, sintiendo el cambio de actitud de Minji.
—No quiero que te duela— dijo la otra, mirando a los ojos, dejando una caricia con el pulgar en su mano— No quiero lastimarte.
Haerin sintió su pecho florecer, y no sabía cómo podría haber dudado si Minji la quería o no, luego de esas palabras, de ese tono tanto suave y de esos ojos tan sinceros que se mantenían sobre los suyos.
Besó con una sonrisa los finos labios de Minji, no fue un beso como el anterior, este era de puro cariño.
Se separó para acercarse al oído de la mayor.
—Quiero sentirte hasta mañana, unnie— susurró, causando un pequeño escalofrío a Minji.
Esta vez fue Minji quien tomó los labios de la otra, mientras esta continuaba descendiendo por su miembro con lentitud, ahogando los gemidos con el beso.
Aún sintiendo que a Haerin le dolía, apretó su mano con protección, callándola cuando la omega quiso disculparse al morder su labio sin querer cuando el dolor superó un poco el placer, hasta que todo el falo quedó dentro de ella.
Minji sonrió con orgullo, viendo a Haerin con el rostro totalmente enrojecido, los labios hinchados en una sonrisa y el cabello revuelto, pensando que era la mejor imagen que podía darle.
Moviendo sus caderas sobre Minji, causando suspiros pesados, hasta que su entrada se adaptó, comenzando a subir y bajar sobre el miembro, de a poco en principio, subiendo un poco más cada vez, dejándose caer cada vez más rápido, más brusco y con ganas de más.
Gimió fuerte cuando comenzó a golpear su punto.
Debajo de ella, Minji cerró los ojos, concentrándose en la sensación de Haerin saltando en su miembro, en los gemidos fuertes de la omega, corriéndosee dentro de ella por segunda vez, escuchando el suspiro de placer de la chica al sentir las calidades de la esencia de su alfa dentro suyo.
Minji abrió los ojos, irguiéndose un poco, con un nudo formándose dentro de Haerin, uniéndolas.
Frunció el ceño cuando notó que Haerin no había acabado.
Moviéndose despacio, para que el nudo no lastimara a Haerin, se sentó en la cama, rodeando la espalda baja de la omega, apoyando una mano justo arriba del trasero de la chica.
Tocó la intimidad de Haerin con su otra mano, ganándose una mirada de la omega.
—Si llegué, tu también llegaras— dijo Minji, impidiendo que Haerin dijera algo, comenzando a subir y bajar su tacto sobre el clitoris hinchado de la omega, jugando con su botón, girando su mano para tocar de todos los ángulos, haciendo a Haerin gemir de nuevo.
Acariciando sus glúteos al mismo tiempo, besando su pecho, llegando hasta las clavículas y debajo del collar, dejando marcas y besos, hasta sentir a Haerin tensarse, cortando sus respiraciones con gemidos, y luego relajar su cuerpo a tiempo que su intimidad dejaba salir sus fluidos.
Apoyando su frente sobre el hombro de Minji, giró su rostro para tocar el cuello de su unnie con su nariz, dejando unos besos en este.
Minji llevó su mano a su boca, bajó la mirada, entreabierta, de Haerin, viendo como la otra limpiaba algo de los fluidos de la omega con su boca, lamiendo sus dedos.
Haerin sonrió ante ese gesto.
Alzó su rostro para quedar frente al de Minji, apoyando su frente contra la de esta, moviendo su cabeza para frotar sus narices.
La mayor rió con ternura, sentía a su loba saltar de alegría dentro de ella, ambas estaban felices de estar junto a su omega.
Minji abrió los ojos para admirar el rostro de Haerin con una sonrisa, acomodó sus cabellos, apartando los de su enrojecido y adorablemente rellenito rostro, besó sus labios suavemente, para separarse a los segundos y volver a mirarla con admiración.
Haerin no podía evitar sonreír al punto en que sus ojos eran dos líneas, presionando sus abultadas mejillas.
—Haerin— la llamó la mayor, acariciando sus mejillas suavemente— me gustas.
Haerin rió un poco.
—Ya lo sé, unnie.
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Delta ● Minrin
RomanceDonde Haerin es la omega más deseada del momento y Minji es una delta solitaria. ● Minji × Haerin ○ Omegaverse. ★CONTIENE ESCENAS +18