Fanfic of Rafe Cameron & JJ Maybank
Una isla llena de 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐨𝐬𝐨𝐬.
La vida de Jennifer y todos los de la isla cambia del día a la mañana.
Outer Banks, una isla que se divide en pobres y ricos, se anuncia el regreso de la familia más rica...
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SALGO DE MI HABITACIÓN Y BAJO LAS ESCALERAS, camino hacía la cocina y me sirvo un vaso con agua. Cuando dejó el vaso en la encimera, siento una nalgada.
Cuando volteó, lista para defenderme, me tranquilizo al ver a Valen.
Al menos le había dado a la que no estaba raspones.
Cuando pienso eso, recuerdo a Rafe.
—Sigues en forma, ¿eh?
Me da una pequeña sonrisa.
—Ey... Al parecer Topper hará una fiesta, su mamá estará de viaje unos días.
Recordaba a su mamá. Desde pequeño siempre le obligó a ser el mejor. En todo. El mejor en calificaciones, el mejor portado, con la mejor educación y con la familia perfecta.
Su mamá quería que leyera miles de libros, menos amigos, menos películas y más tareas. Lo llevaba a golf, le pagaba clases de idiomas y para que aprendiera a bucear desde pequeño. Sabía que su mamá tenía problemas con el alcohol, igual que Rose.
Ambas estaban en la línea de la perfección. La mamá de Topper sólo le daba unas horas para jugar con nosotros. Él siempre se iba triste cada que se acababa el tiempo y su mamá lo recogía de mi casa o de los Cameron. Eran pocas las veces que íbamos a su casa. Aunque Topper siempre me invitaba a ir.
Su mamá me adoraba. Yo era esa pequeña tierna que no daba muchos problemas y Topper era todo lo contrario, le gustaba jugar, tirarse a la piscina cada que podía y hacer luchas entre nosotros.
Nunca le tomé mucho cariño a la mamá de Topper, pero sabía que ella a mí si. Sabía que ella deseaba que yo hubiera sido su hija, hacía muchos comentarios comparativos y muy frecuentes. Yo calmaba a Topper cada que podía y hacíamos trampa y jugabamos a través de la barra de madera que dividía nuestros patios en ese tiempo.
Topper me decía lo mucho que su mamá lo mantenía ocupado con tareas. Con idiomas. Con clases. Y apesar de que Topper siempre la obedeció, a su mamá nunca le parecía suficiente.
Ahora comprendía porqué se pasaba de fiesta en fiesta y trataba así a los pouges. Aunque estaba mal. Era su forma de liberar todo lo que el pequeño Topper no pudo.
—¿Hola? —Valen pasó una mano por mi cara, sacándome de mi trance.—¿Escuchaste lo que dije?-se cruzó de brazos.
—Topper, si, la fiesta de Topper.
Esperó a que dijera todo lo demás que había dicho, pero claramente estaba en mis pensamientos que en sus palabras.
Puso los ojos en blanco.
—Déjalo, a las nueve debes estar lista.
Caminó fuera de la cocina y me dirigí a mi habitación. Busqué mi celular y al encontrarlo, vi los nuevos mensajes de Maddison. Le conté todo lo que habia pasado en la playa con los chicos.
