En el hospital explicaban que ella sufrió un leve desmayo debido a la mala alimentación que ha estado teniendo, pero todas las heridas ocasionadas en su cuerpo eran por la agresión de su supuesto enamorado.
La estamos tratando ahora mismo, explicó el doctor, le dimos las gracias y fuimos a su habitación.
Al llegar pude observar que se encontraba pálida por toda la sangre que había perdido a su costado tenía una pinta de sangre le estaban haciendo transfusión para que se reanimara, Sofía estaba muy exhausta y yo muy impactada, me dolía verla así. Ella al vernos en la entrada a su habitación esbozó una débil sonrisa...
¿Cómo sigues? Pregunte preocupada. Lo siento susurro con su voz quebradiza mientras intentaba no llorar
Miró a otro lado para evitar llorar, no podía hablar debido a su poca energía Samuel permanecía preocupado y solo la observaba con detenimiento observando algo que nosotras no, su actitud me molestó notoriamente, respire hondo, quería salir de la habitación con él para decirle que no tenga esa actitud con ella. Fue tarde adivinó mis pensamientos... Él se acercó a la cama.
¿Cómo te sientes?
Un poco mejor, gracias por ayudarme.
"Gracias por ayudarme" esas palabras retumbaron en mi cabeza por todo lo alto ¿acaso ella sabe algo que yo no? Eran muchas preguntas que otra vez rondaban en mi cabeza, pero no les di mucha importancia porque seguía mareada un poco más e iba a vomitar otra vez.
Me senté en la silla de visita como muñeca de trapo Samuel se percató de mi estado y vino hacia mí, preguntando. - ¿Cómo te sientes, cariño? Me dio un beso en la frente. – Bueno, no como Sofía, pero mareada si.
Salí de la habitación con la excusa de que iba a pedir una pastilla para el mareo y eso tenía planeado hacer. Mientras Samuel le explicaba cómo fue que pasó todo, en el pasillo había mucho movimiento nada fuera de lo común empecé a recorrer todo el hospital para disipar mi cabeza. Sin querer capte la atención de una enfermera, ella me miraba con cierta curiosidad o eso creí que era porque ya me pasé un buen rato deambulando por todo el hospital, me acerqué a preguntarle si tenía alguna pastilla para el mareo, ella con una sonrisa en el rostro me dijo:
Aquí no te podemos dar medicamentos sin antes de que un doctor te vea, pero si bajas al subsuelo encontrarás a un médico de guardia ahí, él te puede ayudar recetando una pastilla.
Y se marchó sin más.
Siguiendo las instrucciones de la enfermera baje por las gradas y en los letreros decía:
Urgencias
Rayos X
Morgue
La piel se me erizo y me quedé parada en frente de los letreros pensando si la enfermera me dio las instrucciones correctas pero la necesidad de que me pase este malestar era mayor así que con una mala corazonada seguí mi camino.
Al fondo del pasillo me pareció ver a un guardia de seguridad sentado en su escritorio, empecé a seguir los focos del pasillo hasta llegar a él, los vellos de la piel se me erizaban cada vez más al leer el letrero "Morgue". Estaban a pocos metros cuando de repente no era el guardia de seguridad, era la misma enfermera que me trajo hasta aquí, un poco confundida le dije: ¿Usted no me dio las instrucciones?
Con una cara de confusión negó con la cabeza.
Estoy a cargo mientras el guardia fue al baño dijo, con mucha dulzura eso era realmente extraño.
Como adivina me señaló una puerta: Detrás de esa puerta esta urgencias entras y hablas con recepción para que te pueda atender un médico, puedes demorarte el tiempo que quieras. Mi sexto sentido decía que saliera corriendo sin mirar atrás, pero un impulso me obligó a entrar.
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La identidad de Elizabeth
Mystery / ThrillerAlguien me dijo que la magia solo existia en los cuentos o en las historias de las abuelas, pero nadie me dijo de como las enfrentaban. Era una chica normal hasta que cosas extrañas y paranormales se hicieron habituales en mi vida y no tenia a nadie...