Capítulo 17

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De tanto buscar encontré un punto despejado, estaba lista para correr nuevamente, cerré los ojos y visualizando ese espacio en un roble a diez metros de distancia me traslade en cuestión de segundos, espere un poco más cuando vi que nadie estaba a mi alrededor salir corriendo de aquel árbol y corrí una vez más esta vez con más fuerza que antes aquella bestia se percató de mi presencia cuando se dio cuenta de mi energía, chillo guturalmente y empezó a correr como un cazador dispuesto a cualquier cosa con tal de atraparme.

Miraba hacia atrás constantemente para ver a qué distancia se encontraba. Varias veces comprobé que estaba a un dedo de alcanzarme su fétido aliento estaba casa en la nuca siempre evitaba los lugares en donde se encontraban más como él, gracias a la visión divina.

Antes de llegar a la cabaña tenía que deshacerme de esta bestia no quería toparme con más como él cuándo llegará a la cabaña, así que cambié mi dirección.

De pronto...

Recuerdos rápidos venían a mi mente, esto ya lo había vivido anteriormente, pero no recordaba cómo o cuando la viví. Imágenes rápidas iban y venían a mi cabeza... Correr, bestia, bosque, noche y pronto caí en cuenta que este fue mi primer sueño antes de que toda esta locura pasara, me desconcentro un poco porque recordé el final.

No me di cuenta que el acantilado estaba a pocos metros de mí... frené con brusquedad quedando a unos metros del final del camino y la bestia con la que soñé estaba parada como en mi sueño, detrás de mí, lo encaré. La mortandad de su rostro me paraliza claramente podía ver que estaba disfrutando de este momento, instintiva retrocedí sin perderle de vista tenía una idea, pero necesitaba algo para que funcionara.

Miré alrededor a ver si algo me ayudaba a dar pelea a este bicho infernal sin perder la postura de combate, la bestia solo esperaba un movimiento mío para atacar así que con los ojos buscaba rápidamente una rama de árbol en el suelo y cuando encontré la ideal aquella bestia decidió atacar. Agarre la rama a toda velocidad y corrí en dirección a la bestia cuando esta se dispuso a saltar sobre mi yo me deslicé por debajo de él...

A tiempo esquive que sus garras acertaran en mi cuello aquella bestia giró bruscamente y en cuatro patas chilló nuevamente hacia mi dirección y empezó a correr aún más furioso que antes, regresó con la misma intensidad, pero esta vez le esperaba un gran madero afilado.

"Petrificomun" susurre y la rama se volvió sólida como una roca y filosa como una daga, al momento que abrió su gran hocico lo cruce en vertical en sus fauces para que no pudiera cerrarla, rechazándome por un momento corría en círculos tratando de quitarse con sus garras, pero era en vano.

Quise expulsarlo por el acantilado para que tenga un fin digno de su especie, pero antes de reaccionar con una de sus manos logró golpearme el pecho y por los aires volé hasta aterrizar sobre la punta del acantilado quedando con mis pies al aire. Al tener un golpe directo sobre mis pulmones me quedé sin respiración y traba de inhalar aire desbocadamente mientras me sujetaba con fuerza a la punta de la roca, eso le dio una gran ventaja a la bestia para que venga hacia mí.

Cuando logré incorporarme sobre el final del acantilado el nahual intento atraparme con sus garras lo esquive con suerte, el segundo igual, pero el tercero no estaba a mi favor y de un solo golpe me tumbó nuevamente sujetándome del cuello eso le hizo retorcer de placer, por un momento pude ver una gélida sonrisa en sus fauces acercó su rostro hasta el mio. Inhalo mi aroma con placer como deseando comerme pero se contuvo y me elevo hasta quedar a la altura de su funesta cara y la rama aún en su boca la cual separaba la mandíbula superior con la inferior solo le permitía emitir gruñidos feroces, la bestia tenía un plan que tardé en darme cuenta. Acerco mi cabeza con rapidez hasta su boca y comenzó hacer presión para que la rama atravesará sus mandíbulas para poder morder la cabeza.

La identidad de ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora