La identidad de Elizabeth

Capítulo 13

El libro descansaba a mí lado, Kerem decía que mañana podría retomar el libro pero por echarle un ojo no iba a pasar nada, ¿verdad? y con la lámpara encendida empecé a leer tomé el libro que ya hacia a mi lado en una mesita de noche, al abrir en la primera página miraba una gran variedad de índices cada uno más llamativo que otro. Uno de sus versos me llamó en especial la atención.

"El gran dragón esmeralda renace del mundo espiritual para acoger como un custodio más al médico aprendiz del médico celestial, el más poderoso entre los guardianes su nombre es el gran "Oslon" el guardián de la sanación sagrada.

Mis labios terminaron dicho verso el cual no pensé que era un conjuro en realidad, sino una presentación de lo que estaba por aprender más adelante, sin pensarlo nuevamente el espíritu de un gran dragón esmeralda apareció frente a mí, su color esmeralda brillante se había convertido en un color mate hermoso que resaltaba hermosamente con sus ojos alumbraba todos los rincones de mi habitación, por alguna extraña razón no le tenía miedo es más me parecía algo muy familiar.

Majestuoso e imponente ante cualquiera, su mirada fija en mí con una expresión tosca que exhibía su rostro parecía curioso de quien lo había invocado. Oslon soy yo, dije con seguridad su nombre nació de mis labios.

Caminé hacia él y él bajando la cabeza mostró sumisión había reconocido mi energía, extendí mi brazo lentamente para poder sentir su escamosa piel, al instante que mis dedos tocaron su piel una fuerte conexión nos unió... su cabeza acarició de pronto mi pecho sentí su gran amor hacia mí, sentía que de su pecho salía un ronroneo muy característico de los gatos y como el viento se esfumó es un abrir y cerrar de ojos. Hablo a mi mente: "Te extrañe"

Fue como un sueño.

El trinar de las aves me despertaron y Helú seguía dormida a mi lado la intenté despertarla, pero nada funcionaba con la gatita dormilona me miró de reojo y pude sentir en su mirada la familiaridad que sentí con el dragón.

Un leve sonido provenía del patio trasero llamando mi atención vi a Samuel como estaba cortando unos troncos de madera juntos a sus amigos, alzó la vista intuitivamente y me saludo con su mano libre mi corazón latió fuerte que hacia mis mejillas sonrojar le correspondí el saludo y Samuel con una gran sonrisa recogió unos cuantos leños y entró a la casa, ¡eso tigre!, dijo Kerem mientras lo seguía con unos cuantos leños más en mano. Nosotros terminamos, ve con ella concluyó diciendo Santiel.

Observe el paisaje estaba algo melancólico al vivir en medio del bosque se podía observar que los árboles estaban cubiertos por el manto blanco de la nieve, el cielo nublado pero el fondo el sol luchaba por salir y se podía notar con claridad como la nieve estaba por caer otra vez.

Las pocas veces que los encontraba en casa siempre los veía haciendo muchas cosas, desde cocinar, practicar con espadas, conjuros y lucha de combate cercano o verme fijamente como un bicho raro cuando algo fuera de lo normal me pasaba, el resto del tiempo se pasaban vigilando la zona ahora que todos vivíamos juntos era más fácil para ellos.

Al bajar las gradas encontré a Damián encendiendo la chimenea, el reloj marcaba las seis de la mañana y todos estaban de pie, aún con el frío que hacía yo me quería volver acostar al mirar al final de las escaleras vi a Samuel me esperandome como Jack espero a Rose en el titanic al final de las gradas.

Su mirada estaba resplandeciente me encantan verlo en su aspecto natural el cabello oscuro alborotado le daba aires de ser un chico malo, con una camiseta ceñida a su cuerpo se marcaban sus músculos notoriamente eso hizo volar mi imaginación, lo que en realidad me encantaba de él era su sonrisa hacía que mi piel se eriza, estaba empezando a amarlo más de la cuenta y eso me asustaba.