Capítulo 4

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A la mañana siguiente, no recordaba absolutamente nada, sabía que algo pasó antes de dormir era como si un manto blanco cubriera ese recuerdo. Samuel llegó muy temprano a casa.

Hola Samuel.

Hola Eli ¿cómo te encuentras? Quería pedirte disculpas por no llamar porque tenía que resolver algunos pendientes con un amigo.

No te preocupes, igual estaba ocupada y conocí a alguien de casualidad y con Sofi no te preocupes que hay tiempo para poder compartir los tres, aunque Sofí sí te echaba de menos.

Si lo sé, las recompensaré a lo grande.

Samuel debemos adelantar el proyecto de investigación será que puedes veni... (me interrumpió)

¡Claaroo! es muy importante esa materia así que después de clase nos reunimos en tu casa que es más cerca que la mía

¡Que no se te olvide a ti! cabeza de pollo, dije entre risas.


Mientras íbamos juntos de camino a la universidad me hacía pensar que ya casi eran casi finales de semestre y solo unos días en específico teníamos clases ya sea para exámenes o entrega de trabajos. Se le notaba un poco intranquilo cuando vino a mi casa para ir juntos.

¿Qué hiciste el fin de semana, que estuviste muy ocupado?

Bueno entre ayudar en casa, y ayudar a un amigo pues es lo que hice.

Odiaba que Samuel no me contara cómo se deben contar las cosas, con más detalles sus respuestas a veces eran tan básicas y simples. - ah. Fue mi única respuesta a su aburrida contestación. Bueno nos vemos después de clase que tengo que ir a otra clase. - Vale, Eli nos vemos después de clase.

Al finalizar las clases, salí con una sorpresa enorme el proyecto que se supone que íbamos a entregar la semana que viene, tocaba entregar este miércoles, cuando me encontré con Samuel le pregunte: ¿Oye y tu porque no entraste a clases? Debemos entregar el miércoles el proyecto que se suponía que era para la otra semana y no hemos empezado nada.

Vacilando un poco respondió: ¿eh... pues fui a la enfermería porque me dolía un poco el estómago? Ponía notar en su mirada cuando me mentía y entrecerrando los ojos, le dije: ¡Si claro! y yo soy la madre Teresa de Calcuta, ¡Venga hombre! Ahora lo más importante es el proyecto debemos ir a casa. Y mientras me adelantaba el se quedo atras, pregunto: ¿Ya compramos los materiales? Su pregunta me detuvo en seco y lo regresé a ver. - Pues, no.

Samuel sabía que este tipo de cosas me estresaba un poco así que se ofreció en ir a comprar las cosas mientras yo iba a casa a preparar algo para comer en lo que él venía.

Llegué a casa algo nerviosa porque iba a pasar más tiempo de lo normal con Samuel, me mire en el espejo del baño y mis mejillas estaban un poco rojas de solo imaginarmelo. ¡Basta, Elizabeth! me dije. Tu no eres asi chica, acuérdate que él sabe cómo terminaste con tu última relación, ¡sabe casi todo de ti! Quise gritar para sacar todas las emociones que sentía por dentro pero contrario a eso solo respire acomodandome dignamente el cabello y baje a preparar algunos bocadillos de sal y otros de dulces, sabía que a Samuel le gusta mucho los bocadillos de dulce así que preparé pequeños pastelillos cinco minutos en el microondas que alguna vez vi en los tutoriales de internet.

Eran las cuatro menos cinco, Samuel no llegaba, eso era un poco extraño de su parte porque él nunca fallaba la hora que decía. Tampoco lo iba a esperar más tiempo, últimamente se comportaba de una manera muy extraña, empecé adelantando el proyecto en escrito para que cuando él llegara empezará armar la estructura que habíamos elegido. colocando una pieza tras otra así dejaría que Samuel pinte toda la maqueta, me pareció una gran idea.

La identidad de ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora