Capítulo Dos

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Sus pies avanzaban lentamente por el solitario y oscuro pavimento, escuchando el empalagoso ruido del tacón de sus botines cafés al caminar. Su cabeza descansaba bajo sus tensos hombros y su mirada era tan perdida como sus pensamientos. Ellos no eran un núcleo de claridad ahora mismo, porque de pronto se hizo preguntas para empezar de cómo pudo convencerse a sí mismo de caminar al lado del alto, y apuesto demonio a su lado y segundo, eso, como siquiera pudo convencerse de que fuese una idea.

Los pasos a su lado también eran lentos, el sonido tan suave y sereno como si estuviesen burlándose de él. Aún no podía creer que realmente le pidió a Chae que le mostrara sobre el mal, ¡Y aun peor! ¡Que le enseñase a ser como él! ¡UN DEMONIO! Imaginó a su angelito doppelganger miniatura ladeando la cabeza con resignación. El recuerdo de él mismo pidiendo eso es absurdo, como si fuese parte de algún sueño; porque vamos, él nunca pediría eso a un demonio, ¿verdad? ¡Por supuesto que no! Él jamás haría eso. Pero lo hizo, y no tiene idea de cómo sucedió.

—¿Por qué piensas tanto?

La voz de Chae lo hizo salir de su caja fuerte —bueno, ni tan fuerte últimamente— sobresaltándolo y haciéndolo voltear hacia él. Frunció su ceño, preguntándose cómo es que el demonio sabe que está pensando demasiado. Quiso preguntarlo, exigirle al demonio si se atrevía a adentrar en su cabeza sin autorización, pero antes de que él pudiera abrir su boca para reclamar, se sintió vulnerable, como si alguna clase de sello lo estuviese callando.

—Mmmm, ¿entonces no hablarás ahora?

Claramente Chae se burlaba de él. Joder, él quería hablar, gritar pero no podía. ¿Por qué no podía? ¡Vamos, vamos, habla! Abrió su boca para volver a hablar, pero de nuevo no pudo. Le lanzó una mirada de desprecio a Chae. Pareciera que él sabía muy bien su problema de expresión ya que su mirada era tan burlona como su maldita sonrisa.

—Vamos, habla, ¿Qué te retiene tanto? —El demonio preguntó. Minhyuk apretó sus dientes. ¡No podía hablar! ¿Por qué? ¿Por qué jodidos no? —Habla.

La orden del demonio le congeló su cuerpo. Tan solo él dijo que hablara su boca se puso rígida, como si se entumeciera y de pronto sus labios se sintieron libres y tuvo la urgencia de hablar.

—¿Por qué no podía hablar? ¿Por qué te ríes de esto como si supieras lo que me pasa? ¿Por qué estoy aquí contigo?

Minhyuk sentía tanta rabia y confusión que tenía ganas de golpearle la cara a Chae.

—¿Y supones que yo sé la razón? —Chae le preguntó, alzando una ceja a su dirección. Entonces ladeó la cabeza, burlón y fingiendo resignación. —Me hieres, dulzura; no soy ningún violador de mentes. Y no se te olvide que fuiste tú quien me pidió una vuelta por la solitaria aldea.

—Yo no te pedí nada. —Minhyuk frunció su ceño. —Al menos no por mi voluntad. ¡Entraste a mi mente, maldito bastardo!

—Cuidado, no querrás que tus guardianes escuchen tu bonito vocabulario, ¿o sí, Lee? —Chae parecía divertido. —¿Por qué piensas que estoy en tu cabeza? Créeme, me atrae la idea de saber qué piensas, pero verás, soy muy conocido por mantener respeto a los recién conocidos. —Una pícara sonrisa se mostró en su boca. —Y a los de mi agrado también.

Minhyuk pretendió no haber escuchado nada. —¿Entonces me puedes explicar por qué infiernos accedo a tus peticiones? Yo no lo haría. Es como si me emborracharas, solo que la única lógica aquí es que estés en mi cabeza. —Minhyuk gruñó. —Controlándome.

Chae deslizó una suave sonrisa. —Es halagador que no puedas resistirte ante mí, ángel; sin embargo es una confesión muy fuerte, ¿no lo crees? Porque, no lo sé, ¿Qué pueden pensar los guardianes del cielo? ¿O tus padres? Tú sabes, la idea de no resistirte ante un demonio, —Chae agrandó sus ojos como si estuviese sorprendido. —No quiero ni imaginármelo.

Bad Demons Bad Angels (Hyunghyuk Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora