El hechizo del Príncipe Tweek

Reinicio

Inmortalidad, un poder que no permite perecer, no importa el daño que el cuerpo reciba, nunca estará sujeto a un final.
Es un concepto realmente fascinante para muchos, pero no para quien lo posee.

Con el paso del tiempo acumulan gran cantidad de conocimientos y experiencias, pero al momento de crear vínculos, este deberá enfrentar la realidad y el dolor de verlos morir.

A lo largo de su vida, Craig a experimentando con su poder, el cual no solo trata de la inmortalidad, sino que va más allá de lo que pensaba.
Descubriendo que puede regresar a cualquier día que ya haya vivido. Si deseaba volver a tener dos meses de vida, su conciencia regresaba a su antiguo cuerpo, pero con la mentalidad del hombre que era ahora.

Craig aprovecho su condición inusual en el arte del robo, perfeccionando sus habilidades de sigilo, destreza y astucia.
Logrando llevar a cabo robos audaces y temerarios.
No había ningún desafío que le impidiera adueñarse de lo que se proponía. Rápidamente las noticias sobre un ladrón imparable se expandieron en la mayoría de reinos. Siendo conocido ahora como Feldspar, el planeador de los robos más meticulosos y el ser escurridizo de todos los tiempos.

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Su cuerpo se encontraba flotando sobre el agua, las flores y esa hermosa melodía habían desaparecido y ahora estaba inmerso en la oscuridad de aquel misterioso lugar.
Abrió los ojos irritado recordando la sonrisa del príncipe.
Se sentía tan estúpido por haber caído en su trampa.

FELDSPAR. – Voy a borrarte esa estúpida sonrisa. – Cerró los ojos y al abrirlos nuevamente, se encontraba de vuelta en el castillo de los Tweak. Para ser más precisos, en la habitación del príncipe.
Frente a él estaba el susodicho y el Brujo Cartman, discutiendo.

BRUJO. – Sexo

PRÍNCIPE. – ¿Se- Sexo? ¿Qué significa?

BRUJO. – Simple. Feldspar debe llenar tu agujero con su semen y listo, se solucionan los problemas al tenerlos a ustedes dos enamorados.
Tu vuelves a la normalidad - Señala al príncipe. -
Tu obtienes tu recompensa - Señala a Feldspar. -
Y todo termina en un final feliz.

FELDSPAR. – Sonrió de manera perversa. – Perfecto. – Tomó al Príncipe del brazo, arrastrándolo hacia la cama.

PRÍNCIPE. – ¡¿Qué?! ¿Qué haces? ¡Suéltame! Me duele.

FELDSPAR. – ¿No es obvio? Romperé el hechizo. – Con un movimiento brusco lo lanza hacia la cama.

PRÍNCIPE. – Ngh ¡No! – Grita. – Me niego a tener sexo con alguien como tú. No me acostaré con un estúpido ladrón, es asqueroso.

BRUJO. – ¡Oh! Que hermoso es el amor. – Dice admirando la escena.

PRÍNCIPE. – Pero que mierda, no siento más que odio hacia este idiota.

BRUJO. – Como sea, será mejor que yo me retire.

PRÍNCIPE. – ¡No! No te vayas, no puedes dejarme así.

BRUJO. – ¡Ups! Ya lo hice. – Desaparece, dejando solos a los dos chicos en la habitación.

Feldspar sonrió burlesco. Tomó el rostro del Príncipe con fuerza, plantándole un beso de manera agresiva.

PRÍNCIPE. – ¡¡¿Pero qué carajo?!! – Sentía la lengua del ladrón moviéndose por toda su cavidad bucal, mezclando sus fluidos.
Al procesar lo que estaba pasando, comenzó a resistirse y a empujar con todas sus fuerzas intentando quitárselo de encima, aunque no obtuvo un resultado positivo.
Lo odiaba, era lo más repugnante que le había pasado en toda su vida.