La luna iluminaba el pueblo con su suave resplandor, bañando las calles adoquinadas y las casas de piedra en una luz mágica. El aire estaba fresco y limpio, y el silencio era tan profundo que se podía oír el murmullo de las hojas de los árboles y el canto de los grillos. El pueblo estaba sumido en un profundo sueño. Las casas estaban a oscuras, y solo se oía el suave ronquido de los habitantes.
Dentro de la humilde vivienda del ladrón, un silencio sepulcral reinaba. Thomas y Tricia, envueltos en sueños profundos, yacían inmóviles en sus camas. Sin embargo, en una esquina oscura de la habitación, un par de ojos brillantes observaban fijamente la tenue luz que se filtraba por debajo de la puerta.
El príncipe, con su figura apenas perceptible en la penumbra, se sentía inquieto por Craig. La noche avanzaba, fría y silenciosamente. Mientras que el ladrón se encontraba afuera de la habitación solo desde hacía horas, la vela era su única compañía.
El príncipe vacilaba. No estaba seguro de qué hacer ¿Intervenir o mantenerse al margen? La idea de entrometerse lo inquietaba, pero saber que hacia Craig afuera de la puerta lo atormentaba. Su conciencia pugnaba contra su prudencia, y tras una lucha interna, con un suspiro resignado, decidió abrir la puerta.
La puerta chirrió al abrirse, Tweek asomó la cabeza por la puerta y al cruzar el umbral, la vista que se presentó ante sus ojos lo dejó sin aliento. revelando un cuadro desolador. La escena le heló la sangre. Craig, sumido en una penumbra casi total, iluminado solo por el titilar de una vela, se hallaba arrodillado, con la cabeza, entre las manos, parecía sumido en una profunda angustia, en medio de un mar de papeles esparcidos por el suelo.
TWEEK. - Su mente se negaba a procesar lo que veía. ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué estaba así? Se acercó con cautela, su corazón latiendo con fuerza.
Al ver a Craig, arrodillado entre los papeles. - Craig. - susurra, su voz apenas audible sobre el silencio de la habitación. Los ojos de Craig se alzan, llenos de sorpresa, al verlo. - ¿Puedo ayudarte en algo? - preguntó, su voz suave. Sentándose a su lado.Los dos hombres se quedan en silencio durante unos momentos, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Finalmente, Craig rompe el silencio.
CRAIG. - Levantándose con dificultad, los ojos enrojecidos. - Lo siento, Tweek. No quería despertarte.
TWEEK. - ¡No te preocupes, no podía dormir! Así que decidí venir a ayudarte. - Sus ojos recorrieron la habitación, llena de papeles y mapas, deteniéndose en una hoja que yacía en el suelo. Al leerla, sus orbes se dilataron y su boca se abrió en una exclamación de sorpresa. Apresuradamente recogió otras hojas del suelo y al leerlas. Cada una contenía un plan distinto, una estrategia meticulosamente detallada, una ruta diferente, pero todas tienen el mismo objetivo: llevarlos a salvo al castillo Tweak. - ¡No puedo creerlo! ¿Cómo...? - susurró, perplejo. - Te has esforzado muchísimo. Esto es... increíble.
CRAIG. - No es la gran cosa, siempre hago esto cuando planeo algo, pero... - Tsk. - Su rostro se contorsiona en una mueca de frustración. - ¡Ninguno de estos planes me sirve!
TWEEK. - ¡¿De verdad?! ¿Acaso tus poderes no te dan ventajas?
CRAIG. - En parte. - Confiesa, mientras se agacha a recoger los papeles. - Si uno falla, intento con otro... pero la verdad es que... el miedo a la muerte me paraliza. Sé que no es el fin, pero el dolor... es tan real.
Haré lo que sea para evitarlo, pero si volvemos a vivir una noche como la de ayer, no dudaré ni un segundo en morir, tus palabras fueron... – se interrumpe, recordando, y un rubor le sube a las mejillas. – Tsk, no puedo permitir que tu vida corra peligro.TWEEK. - ¡No quiero que te pongas en peligro por mí! - Su mandíbula se tensó, su voz firme. - Lo que dije es cierto, no quiero olvidar, no quiero que mueras. - Se puso de pie, erguido, mirándolo fijamente. - Dejaré de hacer tantas estupideces, ya es hora de madurar. - Empuñó sus manos, decidido. - Además, los planes son muy buenos, no entiendo por qué dices que no sirven. - Su tono era desafiante, exigiendo una explicación.
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El hechizo del Príncipe Tweek
Fiksi PenggemarTweek, es el príncipe y futuro heredero al trono. Pero era mayormente conocido por sus berrinches y constantes travesuras. Un mal día, fue atrapado por El Gran Brujo que lo tomó como su rehén. La noticia de que el Rey ofrecía una recompensa a quie...