CRAIG. - Luchando por mantener la compostura, dirigió su mirada hacia el Brujo, buscando respuestas en sus ojos. - ¿Quiénes se acercan? - preguntó con voz ronca, tratando de ocultar el nerviosismo que empezaba a invadirlo.
BRUJO. - Con expresión grave, sacudió la cabeza. - No lo sé. - respondió. - Solo puedo sentir su presencia, su energía se aproxima a gran velocidad.
Tweek tragó saliva con dificultad, con un sonido crujiente similar al de hojas secas pisoteadas. Un nudo de terror se apoderó de su estómago, estrujando sus intestinos. Su mente, ya plagada de imágenes aterradoras, se llenó de visiones de jaulas, torturas y un destino horrible.
TWEEK. - Con voz temblorosa y entrecortada, murmuró. - ¡Mierda! Vienen por mí... ¿Quiénes serán? ¿Los guardias? ¿O algo peor... secuestradores? - preguntó, mientras su imaginación lo arrastraba a un abismo de terror.
BRUJO. - Observando la escena con ojos penetrantes, agregó: - El nombre que mencionaron fue el de Feldspar.
No sé cómo lo han logrado, pero te han encontrado. Parece que no eres tan escurridizo como creías. - Dijo, observando a Craig.Craig observó el cielo con una mirada penetrante. Las nubes se arremolinaban, anunciando la inminente llegada de la noche. Sabía que tenían poco tiempo. Si llegaba la oscuridad, sus posibilidades de escapar se reducían drásticamente.
CRAIG. - ¡Tenemos que irnos ya! - exclamó, dirigiéndose a Tweek. - La noche está cayendo. Si esperamos más, será demasiado tarde. - Su voz, aunque firme, no podía ocultar la preocupación que sentía por la vida del príncipe.
TWEEK. - Asintiendo con la cabeza, aún tembloroso por el miedo. - S-sí, vámonos...
Sin perder más tiempo, se dirigieron hacia los caballos, sus pasos apresurados resonando en la quietud de la noche que se aproximaba. La adrenalina corría por sus venas, impulsándolos hacia adelante.
Los caballos, atados a un árbol a escasos metros de ellos, parecían ofrecerles la ansiada libertad. Sin embargo, cuando Tweek y Craig se acercaron con la esperanza de escapar, cuatro figuras emergieron de las sombras, rodeándolos como depredadores acechando a su presa.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Tweek. Su corazón latía con fuerza en su pecho, amenazando con estallar. La adrenalina bombeaba por sus venas, mezclándose con el terror que lo consumía.
Craig, por su parte, su mirada se endureció. Sus manos se empuñaron, listo para defenderse si fuera necesario.
Los cuatro individuos, envueltos en la penumbra, observaban a Tweek y Craig. Ocultos en las sombras.
Los tres, espalda contra espalda, formaban un triángulo de resistencia. El Brujo, con su aura oscura y misteriosa, Craig con su mirada firme y desafiante, y Tweek, tembloroso pero decidido, se preparaban para enfrentarlos.
De repente, una voz burlona resonó en la oscuridad, rompiendo el silencio tenso.
CLYDE. - Saliendo de las sombras, con una sonrisa cruel en su rostro - Vaya, vaya, vaya... ¡Pero si es Feldspar! Tiempo sin verte.
CRAIG. - Con la mirada clavada en Clyde y con voz firme y desafiante, lanzó una pregunta - ¿Quiénes son y qué quieren? - Su tono era de advertencia, dejando claro que no estaba dispuesto a tolerar ninguna tontería.
CLYDE. - ¿No me recuerdas, Feldspar? ¡Maldito! Te haces el gracioso.
CRAIG. - sin perder la compostura, dijo - No sé quiénes son, ni qué buscan, pero no quiero pelear. Solo lárguense.
La risa de Clyde y sus compinches resonó como el graznido de cuervos. Era una risa áspera y burlona, cargada de un desprecio palpable hacia Craig.
CLYDE. - Con una sonrisa sarcástica en su rostro, se acercó a los caballos - Tan altanero como siempre, Feldspar. - Su voz era un goteo de veneno, cada palabra impregnada de resentimiento.

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El hechizo del Príncipe Tweek
Fiksi PenggemarTweek, es el príncipe y futuro heredero al trono. Pero era mayormente conocido por sus berrinches y constantes travesuras. Un mal día, fue atrapado por El Gran Brujo que lo tomó como su rehén. La noticia de que el Rey ofrecía una recompensa a quie...