Después de un gratificante logro que es tener una alianza con una empresa muy poderosa que te beneficiara, unos buenos tragos como celebración no caerían mal aquella última noche en ese hotel lujoso. Terminando de acomodar el cuello de su camisa, el hombre de tez pálida tomó por último su cartera y su celular, para salir de la habitación.
Todo el lugar estaba repleto, la mayoría de los presentes estaban bebiendo y los demás solo jugaban a las apuestitas en el póker y en su totalidad terminaban frutados al ver que perdían – Desea pedir algo, señor – esa voz saco de los pensamientos al hombre que asintió, pidiendo una piña colada, por el momento.
En toda la noche tanto las mujeres como varones se acercaban a él para coquetear, pero a ninguno les prestaba atención y los terminaba ignorando, haciendo que se vayan echando chispas al no conseguir lo que querían.
--¿Por qué un hombre tan apuesto como usted está solo en este lugar?
--Porque quiero y se me da la gana. Los demás solo estorban en mi tranquilidad, así como tú. – El sujeto a su lado soltó una risita nasal, este lo seguía ignorando y bebía de su trago sin quitar la vista del frente.
--Vaya sí que es muy difícil de conquistar. Pero no dejaré de insistir, yo invito la siguiente bebida. Mucho gusto Hoseok, Jung Hoseok.
El tipo le extendió la mano y esta se dio media vuelta sin ni siquiera percatarse de ese detalle o tal vez si lo sabía y solo lo quiso ignorar – No me interesa, solo déjeme en paz. — le será muy difícil deshacerse de ese joven chico, pero igual lo seguiría evitando.
Dejando su copa vacía aun lado, el blanquecino se levantó de su asiento y decidió acercarse a una de las mesas de póker, para probar su suerte en el juego, tal vez así se quitaba de encima a ese molestoso sujeto.
Luego de una hora, la mesa comenzó a llenarse de espectadores que curiosamente se acercaban para apreciar al blanquecino jugar ya que lucía muy bien haciéndolo y ni que decir que en todas las partidas lograba ganar, teniendo furiosos a los demás jugadores.
--Vaya ¡Gane otra vez!
Hablo orgullo al llevar todas las piezas hacia su sitio, viendo como los demás votaban sus cartas y se retiran de la mesa, dejando a un sonriente hombre ser ayudado por una hermosa mujer que comenzó a juntar las piezas – puede reclamar lo ganado en la ventanilla ¿Lo acompañó? – el rubio negó y se levantó de la mesa para volver hacia el bar por un último trago y regresar a su habitación.
--Al parecer le fue bien. Lo felicito. La invitación va de parte mía como regalo por su triunfo.
El nombrado elevo la ceja al escuchar lo dicho por ese tipo, terminando al final por aceptar la invitación. Sentándose junto a él, recibió la bebida la cual fue llevada a su boca en ese instante, teniendo toda la atención del contrario sobre sí.
> ¿Lo hiciste?
Si, ya tengo a Min Yoongi. Solo falta que la sustancia haga efecto.
Con una sonrisa en el rostro, el castaño guardó su celular en el bolsillo, para después levantarse de la silla y retirarse como si nada. Dirigiéndose al lugar en el que pondría en marcha el resto del plan que había hecho para tener a ese hombre comiendo de su mano y que toda su fortuna este a su poder.
Cuando Min se quedó solo, este comenzó a sentirse mareado y a causa de ello decide volver a su habitación a descansar. Con torpeza saca unos cuantos billetes de su cartera para pagar lo consumido, saliendo luego del lugar.
Al subirse al elevador, pensó un poco para recordar el número del piso en el que se estaba alojando, aunque al final terminó apretando cualquier número que le llamase la atención a su nublada vista. En poco tiempo la puerta se abrió y el blanquecino tambaleándose se apegó a la pared como ayuda para no caer.
Apenas estuvo frente a dos habitaciones que para él lucían iguales y los numero no se podían apreciar correctamente – 79 ... 79 – balbuceo al ir apuntando a cada puerta, terminando por elegir el que estaba a su derecha. Cuando estaba por colocar la tarjeta en la puerta, esta se abrió de una, cediéndole el pase al hombre.
El sitio estaba oscura, haciéndole muy difícil de ver por dónde iba, al cerrar la puerta este causó un sonido fuerte que ocasionó que la otra persona que dormía en esa habitación despertara, sus ojitos estaban achinados por el sueño y no tenía idea de lo que ocurría.
--¿Qué haces en mi habitación? ¿Y quien eres?
Aquella pregunta resonó en el lugar, haciendo que el más alto soltara una risita nasal y se acercara a él ha pasos torpes – Yo me pregunto lo mismo. Y esta es mi habitación – el chico frente suyo frunció el ceño por lo dicho, este no perdió tiempo y sujetó sus muñecas con fuerza – Dime, ¿Quién te envió para seducirme? ¿eh? Pensabas que no me iba a dar cuenta.
Pasó su nariz por el cuello del chico para oler el perfume que aún estaba sobre su cuerpo – Suéltame, yo no sé de qué estabas hablando.
--No lo niegues preciosura, pero ya que estoy aquí. No perderemos el tiempo.
Sin dejar de sujetar sus muñecas, beso y succiono la piel aperlada del más joven haciendo que este forcejeará para que lo soltara, pero todo era inútil. El hombre era más fuerte – Por favor suélteme. Yo ni siquiera lo conozco – sus palabras fueron ignoradas.
Min hizo caso omiso a lo dicho y terminó tirando el cuerpo del menor sobre la cama, arrancando de una el camisón de la pijama que este traia, pudiendo ver algo del torso desnudo del niño ya que la oscuridad del cuarto impedía ver muchas cosas.
Los gemidos del menor salían involuntariamente de sus labios, dejando de forcejear con el tipo, haciendo que su destino siga su curso y solo esperar a que esto acabara ya.
...
- Aquí tienes 2 millones de wons, no te quiero volver a ver nunca o te denunciaré por haberme drogado.
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MISIÓN AGRIDULCE
Fiksi PenggemarJimin llega a estados unidos para recibir un herencia que fue dado por su abuelo paterno, pero nada sale bien y en el transcurso de la noche un hombre totalmente "ebrio" entra a su habitación, haciendo lo que el menos creía que le pasaría. Min Yoon...