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Entonces el silencio se ha quedado instalado aquí, nadie dice nada y es como magia cuando el celular de Mikey suena de manera insistente sacando nos a todos de la tensión del momento

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Entonces el silencio se ha quedado instalado aquí, nadie dice nada y es como magia cuando el celular de Mikey suena de manera insistente sacando nos a todos de la tensión del momento.

—Oh, tengo que ir a recepción a recoger un paquete... Ya vuelvo—No me hagas esto Mikey por favor—Sientan se cómo en su casa... Ya vuelvo.

Y así se desapareció tras de mi cerrando la puerta ese pequeño enano del demonio, en verdad me he quedado mudo al verlo, sus pequeños cabellos platinados en un lila bajo y sus ojos mirándome con insistencia, entonces me doy cuenta que ha crecido mucho desde la última vez que lo vi y también de lo mucho que cambio, sus pestañas algo largas y su fina nariz. Más que yo, parece más delicado con esa complexión más delgada.

Entonces es como si estuviéramos jugando un juego de no se mueva, porque ninguno da ningún paso, en verdad no me cabe en la cabeza que Mikey haya hecho esto. Traer a mi hermano hasta acá y reunirnos es otra cosa, aunque creo que no tenía planeado que pasara ahorita, no tengo idea como lo hizo pero si duda alguna me falta el aire.

—Yo... —Lo dos decimos al mismo tiempo y nos quedamos callados.

—Adelante... —Le animo a hablar con calma mientras el de ve más nervioso que antes, no debería ser así porque no es así como quería volver a verle yo no...

—¡Lo siento! —Su grito me asusta mientras lo miro derramar lagrimas, no supe que hacer porque creo que esta hiperventilando cuando intento hablar, entonces me sentí alterado.

Notando como agitaba las manos en un intento por intente hablar y respirar al mismo tiempo, había olvidado completamente qué le pasaba eso cuando le pasaban cosas fuertes, mayormente cuando se alteraba por alguna razón, en se ponía así. Entonces lo note con hipo por todo lo que seguramente intentaba decir, no tuve más opción que taparle la boca con la palma de mi mano.

—Takashi... Respira—Le pido pues he dejado libre su nariz—Respira con calma —Repito para que él trate de recuperar se, hago la respiración lenta para que me imite y funciona—Ya está...

Entonces lo suelto, me va asustado. Esta así unos dos segundo hasta que se me tira encima con un abrazo que me aprieta las entrañas mientras entierra la cara en mi pecho y siento sus lágrimas marcar mi camisa, trato de pensar que hacer que decir o como actuar, pero no puedo. Porque de verdad es él, porque en verdad después de tantos años lo veo ahí, conmigo, ha cambiado tanto. Se mira tan adulto y a mi me produce dolor en el pecho.

—¿Mejor? —Le pregunto mientras acarició su cabeza, este niega y no se separa de mi, me sorprende lo infantil qué se porta mientras estamos solos.

—Si, perdón es que... —Señala pero me parece molesto que siga disculpando se, ni siquiera se porque lo hace con tanta insistencia, ni siquiera se proque razón esta temblando.

—Para de disculparte —Le pido —Ya estas mejor—Afirmó cuando intento soltarme pero el no me deja irme, al contrario su agarre se vuelve a un más fuerte. Supongo que tiene miedo de que me vaya apenas me suelte y eso me duele, porque no me iré pero necesitamos hablar y así no se puede.

LA BAILARINA VECINA (DRAKEY) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora