Mi techo es su suelo la veo cuando escucho. La encuentro y me muero... Su piso es mi cielo me vence aunque lucho, su olor de aguacero...No sabe que existo no advierte que espero un buen empujón del destino...
Mientras tanto soy solo el vecino...
E...
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La verdad nunca hubo ninguna ocasión en la que me arrepintiera de lo que soy o del como he decidido vivir, nunca hasta que Mikey me ha preguntado directamente eso, un escalofrío me recorrió completamente, incomodo ante la posibilidad de un rechazo, bueno no rechazo más bien diría, un miedo a ser juzgado.
Pero sus ojos no desistieron se han quedado observándome de pies a cabeza, en busca de alguna posible respuesta, parece algo en él lo ha puesto bastante insistente, parece que de verdad me ha alterado, era consiente de todo lo que Mikey provocaba en mí, pero jamás creí que podría generar ese sentimiento de dolor, de repente algo me recordó a mis padres y quise retroceder, porque en mis oídos aún estaban aquellas palabras, aquel dolor.
Así se siente, cuando las personas que más deberían amarte te parten en pedazos con sus palabras y no te deja la lengua de tartamudear para intentar defenderte, es un sentimiento de dolor y sombra a la que nadie debería estar. Duele, pero siempre fui terco para reconocerlo, aun así, no sé cómo para él aplica diferente, es diferente, su rechazo me duele más, su mirada me carcome más.
—¿Kenchin? —Me pregunta porque parece que me quede en silencio.
—No, no lo soy—Y siento que acabo de saltar de golpe a cuando tenía 17, me dolió, me siento un fracasado ahora.
—Oh...—Parece que se queda callado para intentar decir algo más.
—Tengo que darle de comer el glotón de mi gato, nos vemos Mikey—Digo picando el botón de mi piso y dejándolo con la palabra en la boca.
Recargo la cabeza en la puerta en el pequeño instante que me tardo en bajar a mi piso, cuando el sonido me despierta y camino por aquel pasillo, jodido, me siento jodido, porque con la medida suficiente hubiera sido idiota, pero ahora, me siento más mierda que nunca, se supone que ahora si soy yo y aquí me encuentro mintiéndole a mi mejor amigo después de que él me hubiera dicho tantas cosas de su pasado, me siento... no tengo palabras.
—Ay no puede ser —He soltado cuando entro a mi casa, adolorido de todo lo que siento, me desespere de la nada y siento que puedo tener un ataque de ansiedad como aquellos que hace años no tenia, niego porque me di cuenta de que lo que siento por Mikey es más que gustar. Me he enamorado y por eso me siento así, me he jodido solo.
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