-¡Dios mío, Dios mío, Dios míoooo! - Habló la pelirroja a mi lado y ansiosa, tomó de su café frío intentando ocultar de alguna manera, el tremendo grito y los brincos que sabía que quería dar.
Habíamos salido a una plaza comercial, que por cierto, estaba llena de gente. No nos habíamos visto y le estaba contando desde la vez que Aidan se me declaró hasta ahora y como era él en nuestra relación.
-Contrólate o seremos tendencia en redes sociales. - Advertí en voz baja mientras seguíamos caminando por el lugar. Pero al no tener contestación, miré a mi lado y oh sorpresa, iba caminando sola. Volteé hacia atrás y a unos cuantos metros estaba mi mejor amiga viendo los aparadores de una tienda para bebés. Regresé a su lado y detuve mi vista donde ella, y tengo que admitirlo, quería derretirme de ternura. Había exhibida ropa para nenas, y era realmente pequeña, en colores neutros y estampados sencillos.
-¿Puedo ser tía? ¿SÍÍÍÍÍÍ? ¿SÍÍÍÍ? Anda, di que síííííí. - Casi lloró al decírmelo. Yo sólo sonreí al imaginarlo. - ¿Ese es un sí? - Volvió a hablar.
Con la vista al frente le tomé la mano y seguí caminando casi arrastrándola del lugar. Obligándome con ella, a descartar la idea, al menos por un tiempo.
-No. - Solté y seguí caminando.
-Bien, hablaré con Aidan entonces...al fin de cuentas él es el que dona el esperma. - Dijo amenazante. Solté su mano y ambas nos detuvimos, volteé a verla y estaba cruzada de brazos, una mirada retante y las mejillas rojas de coraje.
-Y yo la que da el óvulo y engendra durante nueve meses, así que no. - Le sonreí.
-Hablaré con él, de igual manera cedes a lo que él quiera... - Abrí la boca a manera de sorpresa y la miré como si acabara de traicionarme...aunque en parte lo había hecho. - Te conozco, sé que si él te pidiera que le abrieras las piernas lo harías sin preguntar. Y si él te pidiera tener....
-¿¡Tantas malditas ganas tienes de tener un bebé, eh!? - La interrumpí. No controlé el tono de mi voz, el humor me había cambiado y estaba molesta, todo había ido de maravilla, le acababa de contar lo que había pasado con Aidan y que al fin éramos una pareja formal y ella sólo se concentraba en lo que le convenía, como si lo demás simplemente no importara.
-Señorita, por favor cálmese. - Se acercó un hombre de unos treinta años, me di cuenta que estaba en una postura retante y que acababa de gritar, atrayendo la atención de varia gente. Pero la sangre me hervía, me había hecho sentir como si sólo sirviera para traer niños al mundo...y como la diversión de Aidan.
-¡No me digas que me calme! - Volví a gritar y antes de hacer alguna tontería y empezar un espectáculo en pleno centro comercial, me di media vuelta y comencé a caminar sin importarme en absoluto como la gente me veía y los murmullos que se escuchaban. Sentí como por un momento el masculino me quiso detener, pero no lo hizo.
-No, déjela ir por favor. La culpa es mía. - Escuché a Sophia a lo lejos, pero seguía con el coraje a tope, así que sólo salí de ahí con la respiración acelerada y la mirada borrosa gracias a las lágrimas acumuladas.
[...]
Luego de aquello y de salir del lugar, tomé un poco de aire fresco y un poco más calmada volví a casa. Mamá estaba trabajando, así que estaba sola en casa.
Había llegado directo a mi cama y luego de gritar de coraje contra mi almohada, abracé a mi gata quien se echó a mi lado en la cama y mientras la acariciaba, miraba hacia la pared y me desahogaba con ella.
Sonó mi celular y sin fijarme quien era contesté, suponiendo que era Sophia, hablé:
-No quiero pelear contigo, ¿Okey? Déjame llevar mi duelo, lo siento, son tantas cosas... - Callé de inmediato.
-¿Bebé? ¿Está todo bien? ¿Hice algo malo? - Se escuchó la voz de Aidan a través de la bocina del celular y sólo pude morderme el labio sabiendo que acababa de cagarla.
-Sí, sí...todo bien contigo, solo pensé que eras... - Y volví a callar. Si le contaba saldría perdiendo. Además era algo entre Sophia y yo.
-¿Que era....? - Animó cuando vio que no me animé a seguir hablando.
-No importa, cosas mías. - Suspiré.
-Entiendo, aunque si necesitas apoyo, sabes que cuentas conmigo. - Habló un poco más relajado y eso también me calmó un poco.
-Claro, gracias...te extraño. - Dije y sentí la tristeza invadir mi corazón y las lágrimas en mis ojos, otra vez.
-Yo también, sé que sólo han pasado dos semanas desde que me fui, pero extraño tenerte en mis brazos y ese brillo en tu mirada. - Y sus palabras fueron mi detonante. Pronto las lágrimas corrían por mis mejillas. No pude responder, simplemente no pude decir nada. - Definitivamente no estás bien, voy para allá. - Dijo y me solté a llorar con fuerza.
-No, no no no no. Yo estoy bien. Además estás en Canadá y....
-No me importa, voy para allá. A la mierda el trabajo, tú eres más importante. Aguanta un poco, por favor....te quiero. - Dijo y en susurro logré contestarle un "Yo también" casi inaudible. Luego de eso colgó.

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𝐏𝐞𝐫𝐣𝐮𝐫𝐢𝐨 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)
FanfictionSe conocieron y de inmediato hubo conexión. Él era el sueño de hombre hecho realidad, ella era la chica sacada de un cliché. Pero la realidad es dura y dolorosa. Lo que ellos tenían rompía toda expectativa de lo perfecto en todo aspecto, but the per...