Suelo ser una persona solitaria, me gusta mi soledad. Creo que el hecho de ser hija única, tener una figura ausente de un padre desde los diez años y una madre soltera que se esfuerza día a día para darme una muy buena vida, ha hecho que termine por disfrutar mi soledad.
Mi preciada soledad y de disfrutar muy pocas compañías.
El día ha estado lluvioso, clima que amo. Me encuentro hundida entre la trama de mi libro, la música que tienen mis audífonos, el sabor de mi café, mis pensamientos y el mundo de sensaciones que hay en mí y mi alrededor.
Me encuentro sentada en una esquina de esta gran cafetería, al lado de una ventana donde puedo apreciar la lluvia chocar contra el vidrio perfectamente limpio, dejando ver la lluvia como si no hubiese el susodicho.
La cafetería está llena, y todos se encuentran mayormente en pareja, ya sean novios o novias, padres e hijos, amigos...
Realmente estar sola entre todos aquí, no me interesa ni me preocupa en lo absoluto. No busco su aprobación.
En éste lugar paso bastante de mi tiempo, por lo que los trabajadores de aquí ya me conocen, y algunas personas que frecuentan el lugar, como yo.
Desde hace dos o tres semanas me he dado cuenta de un hombre...es de tez blanca, castaño, de ojos verdes, alto, elegante, de porte caro. Todos los días viene y pide un café intenso y algún postre sencillo, caro y pequeño.
Es muy educado y sin falta alguna, llega diez minutos después que yo, mientras yo ya me introduje en alguna trama y un capuchino. Se sienta del otro extremo al mío, y mira por el gran vidrio mientras bebe su café y toma su postre con suma tranquilidad, y termina por escribir en una pequeña libreta.
Pero, algo ha cambiado en su rutina.
Hace un par de semanas, he notado que me he vuelto su vista favorita en todo el lugar.Y apesar de eso, sabe como mirar. Porque no me mira como un depravado mental, o como un acosador a punto de atacar. Me dirige la mirada de vez en cuando, una mirada suave, una mirada que deseo esté sobre mí para poder perderme en ese precioso verde de sus ojos.
Le he aceptado el contacto visual y un par de sonrisas. Es realmente guapo. Y no creo que sea tan mayor a mí en realidad.
Dejé mi libro de lado y suspiré con fuerza, moría de nervios por dentro.
Como todos los días, él está en aquel sillón en el área más cara del lugar, sentado solo, tomando de aquel café y mirando hacia la ciudad.No me gusta admitirlo, pero ese traje nude le queda realmente bien.
Maldita mi suerte. Justo cuando decido no creer en otro amor que no sea en el de los libros, películas o series, llega este ángel a romper todas mis barreras con su simple existencia y su perfecta sonrisa.
Y eso que únicamente hemos intercambiado sonrisas y miradas.
Tomando mis cosas y una bocanada de aire, me levanto de mi lugar y camino segura hacia él, como un imán, como ese polo opuesto al que simplemente no puedo resistirme a ir.
-Hola... - Saludé segura de mí misma, ahora frente a él.
Me dan tremendas ganas de desmayarme cuando levanta su mirada de aquella ciudad hacia mí.
-¡Hola! - Saludó con entusiasmo y una sonrisa de por medio, dejando ver su sonrisa blanca y perfecta.
Se levantó de su lugar, invitándome a sentarme junto a él.
Oh Dios, ¿Qué estoy haciendo?
-Disculpa que te moleste, es sólo que...bueno, me causa curiosidad tu repentino interés en mí. - Preferí ser directa para poder acabar rápido con ésto.
-Oh, disculpa entonces. - Esa amabilidad en su voz no desaparece y sus ojos verdes están sobre mí, apreciándome a detalle. Pero con ese mirar cuidadoso que me hace sentir cómoda. - Es sólo que no es común para mí ver a una chica asistir todos los días sin falta alguna al mismo lugar en el mismo horario y verla disfrutar de los pequeños detalles de la vida.
Sonreí a manera de respuesta. Honestamente me esperaba un comentario ofensivo y grosero, esperaba que su actitud fuera la de un señor amargado de sesenta años. Y es todo lo contrario.
Además de guapo, inteligente.
-Disculpa es sólo que yo...esperaba que fueras todo lo contrario. - Mi miraba se desvía de la suya y siento mis mejillas arder. Dios, ¡que vergüenza!
-¡Oh! - Una pequeña risita se escuchó por su parte...y apesar de mis palabras, sigue relajado. - Bueno, soy como un libro, no me juzgues hasta no haberme conocido. - Reuní el valor para volver a mirarlo. El brillo en sus ojos y esa radiante sonrisa siguen ahí.
Sí, exactamente eso es lo que debería comenzar a hacer...
Y entonces me doy cuenta de sus palabras.
-¿Tú, propones que salgamos? - Pregunté aún un poco sorprendida. No soy del tipo de personas que salgan mucho ni nada de eso. Ni soy de esas chicas que tengan a medio mundo de amigos o cada fin de semana conozca a un chico nuevo, lo use y lo olvide.
-Conocernos, como tú gustes. - Corrige dando un pequeño trago a su café. - Pero si te incomoda, no tendré problema con recibir un "no" por respuesta. - Sin saber muy bien cómo reaccionar, apruebo con la cabeza suavemente.
Obteniendo una mirada de aprobación por su parte.
Los nervios me han invadido el cuerpo por completo, nunca antes había hecho esto. Y aunque muchas de mis decisiones aún dependen de mi madre, tenemos la mutua y sobrante confianza para que me deje hacer lo que quiera.
Jamás le he mentido, pues siento que sería traicionar todo lo que ella me confía.Y muero por contarle ésto.
-Bueno... - Inhalando de lo más tranquilo, pone nuevamente toda su atención en mí. - Soy Aidan Gallagher, tengo veintitrés años, soy embajador de buena voluntad de la ONU, me gusta la buena compañía, el café caliente y las pequeñas cosas de la vida.
Madre santísima, no sabía que hablaba con alguien así de importante. Ahora sí me puedo desmayar.
Su mirada está sobre mí con esa suavidad, como dándome el ánimo para hacerlo.
-_____ Caruso, tengo diecisiete años, estoy por publicar mi primer libro, soy una persona solitaria y me gustan las cosas sencillas. - Sonreí un poco nerviosa. No soy de estar conociendo gente, así que lo poco que lo hago me resulta difícil.
Mi alivio se desborda cuando asiente con la cabeza, su mirada sigue suave y hay una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.
-Un placer, T/n.
-El placer es mío, Aidan. - Chocando ligeramente nuestros vasos a manera de brindis, terminamos por tomar de nuestros cafés.
-Algo me dice que nos vamos a llevar muy bien. - Terminó por guiñarme el ojo, como respuesta le sonreí.
A mí también...más que bien espero.
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𝐏𝐞𝐫𝐣𝐮𝐫𝐢𝐨 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)
FanficSe conocieron y de inmediato hubo conexión. Él era el sueño de hombre hecho realidad, ella era la chica sacada de un cliché. Pero la realidad es dura y dolorosa. Lo que ellos tenían rompía toda expectativa de lo perfecto en todo aspecto, but the per...