Luego de besarnos por un par de minutos y reírnos bajo la lluvia, decidimos volver a su apartamento.
La recepcionista desde luego, casi se me lanzó encima cuando nos vio llegar riendo, con los labios bastante rojos y el cómo me abrazaba por la cintura. Afortunadamente se quedó con las ganas pues había mucha más gente y hacerlo implicaba, además de un verdadero escándalo, decirle adiós a su trabajo.
Al llegar al anteriormente mencionado me quedé en el sillón luego de la incanzable insistencia de Aidan. Aunque me negaba porque sabía que mojaría el mueble, él dijo que esperaba que pronto lo hiciera con algún otro mueble y no pude evitar sonrojarme.
Luego se fue y el departamento comenzó a ponerse cálido, observando más a detalle pude notar que en las paredes de manera sutil estaba instalada la calefacción.
Gracias al choque de temperaturas comencé a estornudar, pero lo hacía de manera tan "tierna" que Aidan volvió sólo para reírse de mí..
-Vamos nena, necesitas tomar una ducha o vas a resfriarte de verdad. - Indicó. Sentí un poco de nervios, eso significaba que estaría completamente vulnerable en un departamento donde solo estábamos los dos.
Pero tenía que hacerlo o de verdad iba a enfermarme, y odiaba sentirme débil físicamente por algo así.
-Vale, pero promete que no te filtrarás en la ducha. - Dije mientras me levantaba del sillón, que gracias a todo lo sagrado no había mojado.
Sí nos habíamos mojado un poco con la lluvia, pero tampoco íbamos estilando y eso era lo bueno.
-Por hoy puedo mantener la promesa. - Dijo y sonrió pícaramente. Luego me guió hasta el elegante baño dentro de su gran habitación. Todo aquí tenía porte altamente elegante, y creo que tratándose de alguien así de importante como él no podía ser para menos. - Ya te consigo algo para que puedas estar cómoda. - Dijo, besé lenta y cortamente sus labios y salió del baño. De inmediato me dediqué a mirar todo con detalle, todo el apartamento estaba decorado en un estilo minimalista y muy elegante en colores blanco, negro, gris claro, gris oscuro y pequeños toques de color que había en pinturas, en las plantitas que había por todo el lugar y detalles así. El baño tenía un gran espejo horizontal que abarcaba todo el largo de la habitación, donde detrás por todo el borde tenía una luz cálida. Debajo de éste había dos lavamanos con bastante espacio el uno del otro y por debajo, un mueble con cajones en color blanco. En frente estaba, de lado izquierdo, la ducha igualmente en colores blancos con una puerta de cristal que tenía un papel que censuraba toda imagen, y del otro lado, el inodoro y más muebles bonitos. Abrí los ojos intentando reaccionar cuando escuché que tocó la puerta. - Nena, ya no voy a pasar para que tengas tu privacidad, sobre la cama dejé lo que creo que te puede servir. Las toallas están en la primera hilera de cajones hasta abajo. - Lo escuché hablar, y luego se escucharon sus pasos alejarse.
[...]
Salí de la habitación de baño con una toalla alrededor de mi cuerpo y otra sobre mi cabello, gemí al momento que sentí el fresco de la habitación golpear contra mi piel y contra el calor en la habitación, pues era todo lo opuesto al agua caliente con la que me había duchado.
La puerta de la habitación estaba cerrada, y sobre la cama estaba una camisa de Aidan y al lado había una caja negra con un enorme listón en forma de moño en color rojo.
Curiosa abrí la caja y me sorprendí, era una lencería de tela fina en color rojo, un rojo muy intenso y matte.
Con un poco de nervios me terminé de secar el cuerpo y me coloqué aquellas sensuales piezas de tela fina y por encima, la camisa.
Sequé mi cabello una última vez con la toalla que anteriormente envolvía el mismo. Con el cabello húmedo y ahora una sensación de frescura, salí de la habitación y de inmediato pude detectar como un delicioso olor provenía de algún lado del apartamento, lo que me hizo suponer, de la cocina.
Al pasar por la sala, me enamoré del paisaje en ese instante. Ya era completamente de noche y por el gran ventanal se podía observar bastante bien gran parte de la ciudad, lo que era posible al estar en un piso diecinueve, se veían las luces de los edificios y la lluvia cayendo con fuerza. Era simplemente hermoso, más para alguien como yo que amaba el frío, los días lluviosos y nublados.
-El paisaje es hermoso, pero tú luces preciosa apreciándolo. - Dijo Aidan, en ese momento volteé hasta que lo miré caminando hacia mí. Sonreí sin poder evitarlo, realmente él me atraía por su manera de ser y pensar, y el Dios que era, le daba el puntaje perfecto.
-No creo que me vea más preciosa que luciendo esta bella lencería. - Respondí, aunque él sabía perfectamente a lo que me refería, preferí seguir dejándole a la imaginación como la lucía.
-No era así como tenía pensado dártela, pero me alegro que te guste. Espero que sea tu talla, al comprarla solo tenía de referencia tu cuerpo a vista. - Dijo.
Y eso sí me sorprendió, honestamente creí que simplemente la tenía guardada para la siguiente mujer que llevara a su cama.
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𝐏𝐞𝐫𝐣𝐮𝐫𝐢𝐨 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)
FanfictionSe conocieron y de inmediato hubo conexión. Él era el sueño de hombre hecho realidad, ella era la chica sacada de un cliché. Pero la realidad es dura y dolorosa. Lo que ellos tenían rompía toda expectativa de lo perfecto en todo aspecto, but the per...