— ¡¿qué están haciendo?! — soobin y yo nos miramos, aterrados, cuando la voz de su mamá gritando impactada atrajo la atención de ambos. estábamos en serios problemas.
a soobin se la había ocurrido la estupenda idea de comer galletas, yo le dije que no podíamos porque no era la hora y su mamá no nos dejaría comer nada dulce antes del almuerzo, pero él logró convencerme. ¿qué podía hacer yo? soobin era muy persuasivo y mi temple era bastante débil, por eso somos amigos... supongo.
le dije que el tarro de galletas estaba en la encimera hasta el tope y que no llegaríamos a menos que tuviera una escalera metida en el bolsillo, él me dijo que no era necesario y señaló los estantes abiertos. le dije que se subiera entonces y él replicó diciéndome que debía hacerlo yo por dos simples razones, citando exactamente sus palabras, la primera, era pequeño y ligero y él era más alto (¿pero qué eran cuatro centímetros? al parecer, demasiado); y la segunda, yo solía escalar los árboles del instituto cuando me aburría, dijo que tenía experiencia en eso.
y henos aquí, siendo reprendidos por su madre, diciéndonos que la glotonería era un pecado y que no podíamos ser tan inquietos. después de media hora, finalmente nos dejó ir y nosotros, sin galletas, salimos al jardín de adelante.
— te dije que nos iba a regañar. — farfullé dejándome caer de golpe sobre el césped, apoyando mi mentón en una de mis manos mientras que con la otra jugaba con un pedacito de hierba caída.
— es que fuiste demasiado ruidoso. — abrí la boca, indignado.
— ¡¿yo?! hay que ver que sínico eres. — a pesar de lo que le dije, él se rió. — ¿se puede saber qué es tan gracioso?
— ¿acaso sabes lo que esa palabra significa? — me miró con soberbia. soobin se creía que, por ir en sexto era más inteligente que yo, pero la verdad es que estábamos al mismo nivel... salvo que no exactamente el que él querría.
— claro que sé...— murmuré. — no soy un idiota.
él estaba a punto de replicar algo más hasta que el sonido fuerte de un camión estacionándose al otro lado de la calle atrajo tanto su atención como la mía también. era un camión de mudanza y había un pequeño auto azul marino detrás de él.
— ¿nuevos vecinos? — levanté las cejas.
— al parecer... mamá no me contó nada de esto.
— y tú eres tan despistado que ni siquiera te diste cuenta. — me empujó, pero yo sólo me seguí riendo. poco después, del camión comenzaron a salir un montón de tipos grandes y del auto salió lo que parecía ser una familia de cuatro.
había un chico que tenía el cabello castaño y que cargaba entre sus brazos una jaula con un pequeño lorito dentro, el otro chico se ofreció a ayudarle y llevó por él la jaula dentro.
— ¿quieres ir? — la voz del castaño a mi lado me hizo volverme a mirarle, extrañado por su pregunta.
— ¿a dónde? — se puso en pie, sacudiéndose el trasero con una mano para limpiar esa parte de su pantalón.
— a ayudarles. así podemos conocer a mis nuevos vecinos. — me jaló del brazo, obligándole a levantarme y jalándome al otro lado de la calle, en donde parecía haber mucho más movimiento de lo que pensé.
el chico que antes tenía la jaula con el loro, y que parecía mucho mayor a nosotros, nos miró una vez estuvimos en la acera.
— hola. — nos sonrió y los dos, por pura cortesía, hicimos lo mismo. — ¿necesitan algo?
— vivimos del otro lado, nos preguntábamos si necesitaban ayuda. — obviamente tuve que ser yo quien hablaba; soobin tenía un demonio interno, malvado e inventador, pero con personas que no eran cercanas a él era el niño más lindo y tranquilo del mundo. es un don que posee y del cual yo carezco.
negó aún con esa sonrisa en su rostro, era lindo.
— gracias, está todo bien...— por un momento, ninguno dijo nada más y el ambiente se comenzó a sentir un poco raro, hasta que él pareció recordar algo de repente. — soy taehyung, por cierto.
nos presentamos, él nos preguntó si éramos hermanos y yo casi vomito en el acto. soobin le preguntó si tenía hermanos y taehyung asintió.
— ¡beomgyu!
— ¡qué! — le respondió alguien desde dentro, hablando sorprendentemente fuerte.
— ¡¿puedes bajar?!
— ¡¿para qué?!
— ¡baja!
— ¡ya voy! — y ahí terminó su intercambio de gritos. esperamos un momento hasta que de la casa salió el chico que había visto entrar con la jaula, realmente parecido a taehyung, sólo que más pequeño y con el cabello color café, el de taehyung era castaño también, sólo que un poco más rubio. — ¿qué?
— ellos son los vecinos, soobin y yeonjun. — los dos le sonreímos cuando el mayor nos presentó y él nos devolvió la sonrisa. — él es mi hermanito, beomgyu.
el menor se quejó cuando le desordenó el cabello.
— hola... ¿son hermanos? — soobin y yo nos miramos, escuchando la risa escandalosa de taehyung por la pregunta de su hermano.
— ¿y es que nos parecemos tanto? — soobin preguntó mirándoles y yo fingí arcadas, él rodó los ojos y, escuchando como beomgyu y taehyung reían, me empujó.
— ¿quieren pasar?
esa tarde la pasamos hablando con beomgyu hasta que se hizo de noche y cada quien tuvo que irse a su casa, pero estaba bien, la pasamos bien. me agradaban los nuevos vecinos.
– yeonjun 18 / beomgyu 16
– taebin (sookai).
– mención de otros idols.
– sin contenido explícito.
– school life + comedia.
– capítulos largos.
– humor pesado.
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𝗹𝗼𝘃𝗲 𝘆𝗼𝘂 𝘁𝘄𝗶𝗰𝗲. yeongyu
Random❛ 'cause deep inside I wanna be her. ❜ o donde yeonjun repentinamente comienza a tener sentimientos desconocidos hacia su mejor amigo, choi beomgyu. 𝗠𝗔𝗥𝟮𝟴𝟮𝟯 © 𝗸𝗸𝘂𝗹𝗯𝗲𝗼𝗿𝗮