n de: ¿novias? no gracias.

169 30 4
                                    

esa noche nos dormimos temprano, y a eso de las tres de la mañana me desperté. él me tenía apretado contra su pecho y ni siquiera tenía espacio para moverme en lo más mínimo. nosotros dormíamos siempre así porque beomgyu era del tipo que nació para dormir con alguien y yo... bueno, a mí no me importaba. pero esa noche me importó.

— ¿estás bien? — me pregunta después de que ambos estuviéramos un momento sin decir nada. salimos de la cama hace casi media hora y, después de lavarnos los dientes y todo eso, él me preparó un café y cortó unas frutas para comer.

— ¿por qué? — me mira como si la respuesta fuera obvia, tal vez lo es, pero no para mí. se sienta de un salto a mi lado en el sofá, y por poco hace que me tire el café encima.

— te ves como si no hubieras dormido nada. — le doy un sorbo largo, larguísimo a mi café. y esto es suficiente para que sepa que no le voy a responder. — yeyo.

— ¿por qué no invitas a minjeong? — frunce el ceño y todo lo que hace por un par de segundos es mirarme raro.

— no.

— ¿es un no dudoso o un no rotundo?

— es el no más rotundo que he dicho en mi puta vida. — pongo los ojos en blanco. en realidad, yo tampoco sé por qué le he preguntado eso y por lo tanto no sé qué decirle cuando me pregunta:— ¿se puede saber por qué quieres ver a minjeong?

— bueno, sheldon. — ante mi apodo, se ríe. yo me muevo sobre el sofá para sentarme de costado, como él. quedamos frente a frente. sus pies rozan con los míos. — deberías estar pasando el fin de semana con tu novia y no con un chico, creo yo.

— ¿por qué? — ladea su cabeza.

— porque es tu novia.

— ¿por qué?

— porque ella te lo ha pedido.

— ¿por qué?

— es suficiente, ¿no crees, pinocho? — me pongo en pie, escuchándolo reírse, y dejo mi taza vacía bajo el grifo para lavarla.

en menos de lo que pude deshacerme del café en mi taza, sentí su presencia detrás de mí. no como él estando sentado en la silla del otro lado del mesón, sino más bien como él estando justo detrás de mí. justo detrás de mí. con su mentón apoyado en mi hombro. este chico es...

podía ver sus manos apoyadas en la orilla del lavadero, a cada lado de mí, y no estoy jugando cuando digo que está pegado. no hay ni el más mínimo puto jodido espacio entre su cuerpo y el mío y estoy seguro que en menos de un minuto me desmayaría, porque no podía respirar. me están temblando las manos y siento como si mis órganos se estuvieran revolviendo dentro de mí.

— ¿quieres que me vaya? — aprovecho que no me mira y cierro los ojos con fuerza, llenándome de autocontrol. la sensación de su aliento rozando mi oreja es... horrible. estoy volviéndome loco. él me está volviendo loco.

— sólo digo que...— pasé saliva. cuando la taza está limpia vuelvo a echarle jabón por segunda vez. cosa que no hago nunca, pero no estoy siendo yo en este momento. —...si yo fuera tú, preferiría estar con ella.

— no me has respondido.

— no. — mi voz tiembla, pero espero que el sonido del agua corriendo sea suficiente como para que él no se dé cuenta.

— ¿no qué? — cierro el grifo, dejo la taza y todas las fuerzas que tengo en mi cuerpo se acumulan cuando decido darme la vuelta y encararlo.

— no quiero que te vayas. — y es sólo entonces que me doy cuenta que ha sido la peor decisión que he tomado en mi vida. dios, si me libras de esta prometo no volver a hacer trampa en los exámenes... al menos no en todos.

𝗹𝗼𝘃𝗲 𝘆𝗼𝘂 𝘁𝘄𝗶𝗰𝗲. yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora