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Cuando volví a despertarme, mis ojos estaban irritados y mi garganta se sentía en carne viva. Intenté incorporarme para ver mejor mi entorno, arrepintiéndome casi de inmediato cuando un fuerte dolor atravesó mi cabeza.

Entonces, me vino a la mente el recuerdo de una mujer con una larga melena oscura que me sonreía y sostenía una cabrita en sus brazos.

—¿No es un encanto? Puedes sostenerla si quieres. Pero tienes que tener cuidado, cariño.

Otra vez ella... mi mamá.

Tuve la tentación de quedarme allí con ella, atrapado en esa sonrisa fácil y en esos amables ojos marrones, pero otro pensamiento inquietante me distrajo: no sabía su nombre.

¿Cómo podía no saber el nombre de mi madre?

¿Siquiera sabía mi propio nombre?

Intenté calmarme y calmar mi mente acelerada, pero no fue una tarea fácil.

Por supuesto que sabes tu nombre.

Jake... Jake...

No, espera...

Sacudí la cabeza para despejarla. Ese era el nombre de mi novio... que no aparecía por ninguna parte. ¿Se había molestado en ver cómo estaba?

Por mucho que lo intentara, no podía dar con mi maldito nombre. O el apellido de Jake. Sacudí la cabeza con frustración. Necesitaba... necesitaba moverme.

Esta vez, cuando intenté incorporarme, finalmente lo conseguí. Sentí que mi cabeza era tres tallas más grande que mi cuerpo, como si fuera un muñeco humano, pero conseguí mantenerme erguido.

Balanceé mis piernas sobre el borde de la cama, lo cual mereció una buena ovación. Que mis pies tocaran el frío suelo, era un paso más para salir de este puto lugar. Lástima que me sintiera tan débil como un gatito recién nacido.

Acerqué mi trasero al borde de la cama, de modo que estaba más fuera que dentro de ella, y luego intenté ponerme de pie. Entonces agradecí que mis pies tambaleantes sostuvieran mi peso, pero eso fue todo lo que pude hacer. Mis intentos de dar un paso no funcionaron.

Bien, lo has intentado. Has fallado. Ahora vuelve a la cama.

Sin embargo, tampoco pude hacerlo. Además, estaba totalmente cansado y agotado sólo con estar allí de pie. Ni siquiera sabía cuánto tiempo me quedaba antes de caer al suelo, y estaba seguro de que eso sería jodidamente fantástico para mi recuperación.

La puerta se abrió entonces, y una enfermera entró a la habitación tarareando en voz baja, con las manos llenas de material médico. Con resignación, esperé a que ella se fijara en mí. Era lo mejor que podía hacer. Sí, iba a frustrar mi plan de fuga, pero sinceramente no tenía ni idea de cómo volver a la cama. Tampoco tenía fuerzas para caminar hacia adelante. Estaba atrapado en tierra de nadie donde la terquedad era el rey, y yo era su leal súbdito.

La mujer colocó los suministros en la bandeja de mi cama en una fila ordenada, todavía tarareando, y entonces se fijó en mí. Sorprendida, me miró fijamente durante unos segundos. Yo le devolví la mirada. Sólo tuvo que levantar las cejas para que todo mi rostro se calentara.

Sí, sí, sí. Soy un idiota, y debería haberlo sabido. ¿Podemos seguir con el rescate antes de que me caiga, por favor?

Utilizando esa súper-fuerza secreta que parecen tener todas las enfermeras, la mujer me ayudó a arrastrarme hasta la cama. Luego me ayudó a subir, lo cual requirió un montón de resoplidos. Sin embargo, nuestras creativas maniobras funcionaron, y pronto me encontré estirado en la misma posición en la que empecé. La enfermera me ayudó a ponerme cómodo, mullendo la almohada con vigor. Después de meterla debajo de mi cabeza, subió las barandillas de la cama para enjaularme y crear una improvisada cuna para adultos.

✧ Danaus- heejake ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora