La base de todo es pensar que hoy es el día que morirás. Eso le da sentido a la vida. No hay más.
Y, al día siguiente, cuando te despiertes, tendrás la alegría más grande de todas en darte cuenta de que te han regalado veinticuatro horas más.
Pero recuerda que has de vivir cada día a tu manera. ¿De qué sirve vivir con sus reglas? Con las reglas de los que desean que pienses que vivirás mil años para que no te centres en lo que realmente quieres hacer.
No, no viviremos mil años, vivieremos un día. I después otro, y otro más... Si piensas así conseguirás que ni te atrapen con sus trucos para que hipoteques tu vida.
Pensatelo bien, si solo te quedase un día, ¿trabajarias aquel día? ¿pagarias facturas? ¿te interisarian las noticias?
O, más bien, ¿intentarías enamorarte? ¿jugar? ¿reír? ¿amar? ¿gritar? ¿cantar? ¿qué harías?
¿Lo entiendes? No debes de hacer nada que no desees. No te obligues a lo que no necesitas. Tan solo vive el segundo, disfruta del minuto.
El mundo azul - Albert Espinosa.