{Alan Leatherwood}Al levantarme de la camilla un mareo sacudió mi cuerpo obligándome a sujetarme de la pared.
—¿Qué me hicieron?
—Solo te inyectamos Himdero, una sustancia creada por nuestros mejores científicos que contiene somníferos como el diazepam y lorazepam.
Miré detalladamente al rubio frente a mí, tenía el cabello un poco largo, ojos azules y varias pecas. Su rostro se mantenía serio e inexpresivo.
—Sígueme —informó saliendo de la habitación, lo seguí como pude, poco a poco el efecto de la inyección se me iba pasando.
Llegamos a una especie de cocina, el rubio me tiró una botella de agua que atrapé en el aire y la bebí.
—Ahora tendrás que someterte a una serie de entrenamientos para demostrar que tanto nos podrías servir.
—No hay nada como un reto para sacar lo mejor de un hombre ¿Tú eres el jefe de este lugar?
—¿Crees que el jefe atendería a un simple novato? Sígueme Leatherwood —el rubio avanzó por unos pasillos y yo le seguí en silencio bebiendo el agua.
—¿Cómo te llamas?
—Daniel, Daniel Park.
—¿Eres asiático?
—Mi padre lo es, mamá no lo era. Déjate ya de preguntas, novato —llegamos a una puerta negra que decía "Danger". Daniel puso su mano en un sensor de huellas y las puertas se abrieron.
Entramos al lugar poco iluminado, Daniel iba confiado, pero yo desconfiaba de este sitio. Daniel sacó de su bolsillo una moneda y la lanzó lejos, cuando la moneda cayó unos rayos rojos alumbraron todo frente a nosotros y varios disparos sonaron en dirección a la moneda.
Me sorprendí por lo repentino que fue y le miré esperando una explicación.
—Del otro lado hay una llave que abre la puerta de la oficina de información donde guardamos todo lo referente a este lugar, como vez hay laceres y trampas por todas partes, el reto consiste en que logres llegar al otro lado y obtener la llave.
Me quede observando hacia el frente, el lugar parecía casi imposible de atravesar, aunque las trampas eran automáticas, podía usar la técnica de la moneda para ir despejando el lugar hasta llegar al otro lado.
Caminé lentamente hasta el inicio tratando de no pisar mal. Me detuve en seco y volví hacia donde estaba el rubio.
—¿Te rindes?
—¿Por qué pondrían al alcance de "un simple novato" algo tan importante? — el rubio me miró en silencio, serio—. No hay llave del otro lado —reí negando—. La respuesta a esta prueba es, no tiene solución.
—Felicidades, pasaste la prueba de inteligencia, parece que si sabes usar el cerebro. Sígueme, tienes que demostrar ahora si sabes usar tu fuerza.
Lo seguí por los pasillos que cada vez se hacían más oscuros hasta llegar a un cuarto vacío donde varios guardias bastante grandes y fuertes jugaban al póker.
—Morrissey —el nombrado se levantó.
—¿Es un nuevo? —el rubio asintió mientras el guardia Moreno y lleno de tatuajes me miraba de arriba a abajo riendo de lado.
Yo era alto y fuerte, me ejercitaba a diario, pero no me comparaba en nada al hombre frente a mí.
Sin previo aviso un fuerte golpe de puño cerrado estampó contra mi rostro haciéndome caer al suelo y escupir sangre. Fruncí mi ceño y me puse de pie enojado mientras limpiaba los restos de sangre en mi labio, el moreno lanzó otro golpe contra mí, sostuve su brazo y pateé su abdomen haciéndolo doblarse, un rodillazo estampó contra su rostro haciéndolo jadear mientras la nariz le sangraba.
El moreno se lanzó con fuerza contra mí y golpeó mi rostro con su mano abierta, me agarró por la ropa y me tiró al suelo, se subió encima de mí y golpeó una y otra vez mi rostro haciéndome sangrar. Impulsé mi cadera logrando quitármelo de encima y me puse de pie rápidamente.
Cuando lanzó el próximo golpe agarré su brazo, lo impulsé por encima de mi espalda haciéndolo caer contra el suelo, me subí encima de él y apreté su cuello hasta que se desmayó.
Escupí mi sangre en su rostro y me puse de pie echando mi cabello castaño hacia detrás y desabrochándome la parte superior del traje negro para dejar mi torso descubierto y sudado. Respiraba agitado mirando al rubio de las pecas el cual por primera vez mostraba una pequeña sonrisa.
—Bien hecho novato. Vamos a limpiarte eso —el capitán me guio hacia la enfermería, me sentó en la camilla y él se puso entre mis piernas mientras curaba y limpiaba mi rostro.
—Tus pecas se ven muy lindas desde aquí —sonreí. El rubio estampó su puño en mi rostro.
—Cúrate tu mismo idiota —yo solo podía reír por su adorable sonrojo que quiso ocultar con su actitud de malo.
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Boy Meets Evil
AzioneAlan era un joven amable, sociable, todos le tenían cariño, se hacía querer por su inocencia y ternura, pero esto mimo le hacía blanco de manipulaciones y personas con malas intensiones. Alan creía fielmente en la justicia, en hacer el bien, por esa...