Capítulo 4: Mírame a los ojos

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Daniel salió de aquella oficina y tomó mi brazo arrastrándome con él por los pasillos.

-¿Y entonces?

-Te dieron otra oportunidad -informó soltando mi brazo y deteniéndonos frente al cuarto de limpieza-. Se te asignó una nueva misión -estampó el sobre contra mi pecho.

Comencé a revisarlo todo frunciendo mi ceño.

Misión "Shinigami"

Ambiente montañoso.

Cueva oculta.

Recuperar los paquetes y traerlos de vuelta a salvo.

Codigo: 419sbs3

Puse el sobre de vuelta sobre una mesita que allí había y miré al rubio cruzándome de brazos.

-Genial, daré lo mejor de mí ¿Cuándo partimos?

-En la madrugada.

-Iré a descansar hasta entonces -iba a alejarme, pero su mano alrededor de mi brazo lo impidió.

-Fallaste la misión y sé que te dije que estaba bien, pero no se puede repetir, podrían pasar cosas malas si siempre fallas.

-¿Crees que no lo sé? Cuando te vi tan débil entre mis brazos me odié muchísimo, pasé toda la noche repasando una y otra vez todos mis fallos, fui engreído, me confié demasiado creyendo que podría con la situación y por ello la situación terminó sobrepasándome.

>> Me entretuve, no estuve alerta todo el tiempo, no di lo mejor de mí, en consecuencia resultaste herido y la evidencia destruida. Así que sí, capitán Park, sé que no puedo volver a fallar. No estoy orgullosos de lo que sucedió.

El rubio suspiró mirando al suelo.

-Perfecto, ahora quédate ahí un rato como castigo -abrió la puerta del pequeño cuarto de limpieza y me metió dentro, tomé su mano haciendo que entrara conmigo y la puerta se cerró a nuestras espaldas mientras reíamos.

-No es justo -confesé y lo solté-. No seré el único que reciba un castigo.

-Soy tu capitán así que si te digo que te quedes aquí como castigo, lo haces -me dio la espalda para abrir la puerta, pero esta no cedía.

-¡No! Mierda. Mierda. Joder -cuando notó que la puerta se había estancado comenzó a golpearla así que lo tomé de los brazos y lo giré hacia mí dejándolo contra la pared.

Bajé mis manos por su pecho hasta dejarlas al rededor de su cintura, sentí su cuerpo temblar ligeramente ante mi tacto. Bajó la vista al ver la cercanía de nuestros rostros, tomé su mentón y le obligué a levantar su vista.

-Mírame a los ojos -susurré y mordí mi labio para reprimir una sonrisa.

El rubio me empujó hasta hacerme chocar de espaldas contra la pared.

-Conmigo no funciona la intimidación Leatherwood -agarró mi miembro-. A mí nada me intimida ¿Entendido?

Sentía su mano moviéndose de arriba a abajo en mi miembro sacándome gemidos.

-S-sí...

-¿Si qué?

-Si, capitán.

El rubio me soltó y me dio la espalda para tratar de abrir de nuevo la puerta, pero lo volví a estampar contra la pared mientras fingía una dura embestida contra su trasero haciéndolo gemir.

Besaba su cuello mientras fingía embestidas contra su trasero de modo que ambos gemíamos por lo bajo.

La puerta fue abierta obligándonos a ambos a separarnos asustados. La chica de limpieza nos miró apenada y con las mejillas rojas.

-C-capitán Park.

-Las puertas se bloquean, revísenlas -informó serio y tomó mi mano para salir de allí.

Terminé de ponerme el equipamiento necesario y salí de mi habitación encontrándome al rubio. Sin decir nada caminamos juntos subiendo las escaleras hasta el tejado donde un helicóptero ya nos esperaba.

El sonido de las hélices golpeando contra el viento era atormentante y la noche demasiado fría.

Al estar ya en nuestros asientos nos pusimos lo necesario y emprendimos vuelo.

-¿Algo más que deba saber sobre esta misión?

-Un científico hace unos meses abandonó nuestra agencia y se llevó consigo su más reciente proyecto del cual aún no tenemos derecho a conocer. Hace un par de días le encontramos y capturamos, logramos sacarle la información de donde escondió todo lo que se llevó. Nuestra misión es llevar el proyecto de vuelta a Parabellum en perfectas condiciones

-Genial, más científicos locos -suspiré mirando hacia abajo siendo consiente de lo pequeño que se veía todo desde allí.

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