Capítulo 5: Llamo tu nombre en la oscuridad

58 14 0
                                    

El rubio y el de cabello castaño entraron juntos a la cueva, el lugar era frío y oscuro, un sonido distante de gotas cayendo hacía eco en el lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El rubio y el de cabello castaño entraron juntos a la cueva, el lugar era frío y oscuro, un sonido distante de gotas cayendo hacía eco en el lugar.

Daniel sacó su linterna y la encendió colocándola por encima de su arma alumbrando el camino.

-Mantente cerca de mí, Leatherwood.

-Como ordene, capitán -aceptó mirando a ambos lados mientras seguía de cerca al rubio.

Sus pasos resonaban cada vez que las botas militares impactaban contra el suelo rocoso.

-Es allí -Daniel señaló hacia la caja sellada.

Cuando Alan dio el primer paso aparecieron varios hombres armados apuntándoles. Daniel hizo una mueca viendo que obviamente era más que ellos, no tenían más ventaja que la sorpresa.

Lanzo el primer disparo directo a la cabeza de uno de los guardias y haló a Alan del brazo para ocultarse de los disparos. De vez en cuando salían a responder los disparos logrando derribar a unos cuantos.

Pronto se quedaron sin munición y se vieron atrapados en un constante tiroteo al que no podían responder.

Al verse sin soluciones Daniel tomó la granada de su cinturón y luego de quitarle la espoleta la arrojó hacia los guardias. Cuando esta generó una pequeña explosión y los disparos cesaron el rubio miró a Alan.

-Rápido, ve a por el paquete -Alan asintió y corrió hasta tomar la caja sellada mientras Daniel le cubría disparando a todo aquel que siguiese vivo.

Ambos salieron corriendo de aquella cueva a punto de colapsar y abordaron el helicóptero sonriéndose por haberlo logrado.

-Buen trabajo, novato.

Alan dio dos toques a la puerta y luego de recibir un "pase" entró a la oficina viendo a la jefa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alan dio dos toques a la puerta y luego de recibir un "pase" entró a la oficina viendo a la jefa.

La rubia se levantó de su asiento y miró sonriente a Alan.

-Felicidades, agente Leatherwood. Culminó la misión con éxito y nos trajo de vuelta algo muy valioso para la agencia, evitando más desastres. Bienvenido a Parabellum agente Leatherwood. Aquí tiene -le extendió un expediente con todo lo relacionado a su nuevo trabajo como agente secreto-. Su nombre clave será Winter. Le deseo muchos éxitos.

Estrecharon sus manos mientras Alan sonreía emocionado.

-Muchas gracias jefa.

-Todo lo demás se lo explicará su capitán.

-Entendido -Alan se dio la vuelta para retirarse, pero se detuvo- ¿Cuál es el nombre clave de mi capitán?

-Snowflake -la jefa sonrió divertida y volvió a sentarse mientras Alan salía de la oficina sonriente.

-¿Capitán? -Alan frunció su ceño al ver el lugar tan oscuro, de pronto sintió unos brazos alrededor de su cuerpo y se giró asustado viendo el rostro sonriente del rubio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Capitán? -Alan frunció su ceño al ver el lugar tan oscuro, de pronto sintió unos brazos alrededor de su cuerpo y se giró asustado viendo el rostro sonriente del rubio.

-Felicidades, novato. Me informaron que ya eres parte de Parabellum -Alan sonrió en grande, quiso decir algo, pero toda palabra fue interrumpida al sentir los labios del rubio sobre los suyos.

Abrió sus ojos en demasía mientras sentía aquellos labios moviéndose contra los suyos. Cuando volvió a ser consiente abrazó la cintura de su capitán atrayéndolo hacia sí besándolo con ganas.

Sus respiraciones agitadas se escuchaban por toda la habitación mientras se presionaban entre ellos con fuerza gimiendo entre el beso al sentir sus erecciones rozarse de esa forma.

La ropa comenzó a ser un estorbo así que en cuestión de nada se la estaban arrancando con desespero. Alan rompió la camisa del rubio y lo tiró a la cama mientras se desnudaba frente a él y volvía a atacar sus labios con fiereza.

Le sacó los pantalones y el bóxer y lo recorrió con la mirada, grabándose cada detalle del rubio, cada lunar, cada cicatriz.

Pasó sus manos por el interior de los muslos de su capitán y los abrió para tener una mejor vista del trasero frente a sí. Paso sus dedos de forma suave por allí, dejó caer su saliva para poder preparar bien la entrada contraria.

El rubio jadeaba entre el placer y la sorpresa. No había pensado en terminar de aquella forma con el tonto novato al que conoció hace un tiempo.

Y de esa forma ambos cuerpos se volvieron uno, entre jadeos y sudor, envueltos en las sábanas.

Mientras sus manos entrelazadas se apretaban entre sí.

Ellos llamaban sus nombres en la oscuridad.

Se besaban con desespero.

Calmaban las ansias que tenían sus cuerpos y almas.

Y aunque aquello fuese prohibido, ambos lo disfrutaron al máximo.

Una, dos y hasta cinco veces aquella noche.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 26 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Boy Meets Evil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora