Capítulo 2:

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A la mañana siguiente, me bebí un café y llamé a Manuel.

- Buenos días osito

- ¿Te divertiste anoche? –parecía molesto.

- ¿Aún estás enfadado? –suspiré.

- Te has ido a una fiesta al día siguiente de volver conmigo. ¿Te parece bonito?

- Se lo había prometido a Paula.

- Estoy ocupado. Más tarde hablamos.

- ¿Quieres que vaya a tu casa y vemos la peli?

- Hoy no puedo, estoy ocupado.

- Está bien... -y me colgó sin despedirse.

Solté mi móvil en la cocina y me metí en el baño para cepillarme los dientes. Lo sentí sonar. Salí, cogí el teléfono y miré quién era. Un mensaje de Carlos.

- Buenos días, ¿cómo has dormido?

- Buenos días. Muy bien, ¿y tú?

- Bien. Me alegro. Estaba pensando en ir a desayunar. ¿Me acompañas?

- No creo que sea buena idea...

- Así nos conocemos más. Vamos. No me digas que no.

- Gracias por la invitación pero mejor otro día.

- ¿No te caí bien anoche?

- No es eso.

- Entonces, ¿qué es?

- Tengo una relación complicada con alguien en estos momentos...

Solté el móvil y me dejé caer en el sofá. De seguro ya no volvía hablarme. Anoche no me preguntó ni yo le hablé sobre Manuel. Pero la realidad es que estoy con él y no voy a serle infiel, aunque él me haya engañado varias veces con otras. Suspiré al recordar la triste realidad.

Estaba con alguien que, a la mínima, se acostaba con otra mujer. Luego me decía que lo sentía mucho, que no volvería a pasar y, cuando menos lo esperaba, otra vez me engañaba. ¿Por qué yo no podía hacer lo mismo? Carlos era guapo y muy simpático. Lo podía haber invitado, anoche, a subir a mi piso y acostarme con él. Pero no. Yo no soy así. No sabía las intenciones ni lo que buscaba Carlos. Tenía que decirle la verdad. Estoy con alguien y no busco nada con otro hombre.

Mi móvil sonó y lo miré. Un mensaje de Carlos.

- ¿Tu novio no teja tener amigos? No busco otra cosa, tranquila. Desayunemos juntos, como amigos. Sólo eso. ¿Qué me dices?

- Está bien.

En menos de veinte minutos estaba montada en su coche.

Llegamos a una cafetería y nos sentamos en una de las mesas. Pedimos unos cafés y un trozo de pastel de chocolate. Mi favorito.

- Nunca había venido aquí –sonreí y bebí de mi café –Está riquísimo.

- Hacen unos cafés muy buenos –sonrió y me miró con sus ojitos azules –Bueno, cuéntame. ¿Por qué es complicada tu relación?

- ¿De verdad quieres hablar de eso? –me sorprendí.

- Si tú quieres. Si no podemos cambiar a otro tema.

- Llevo cinco años con un chico –comencé y suspiré –Hemos roto la relación varias veces, pero terminamos juntos de nuevo. Se podría decir nos queremos mucho –sonreí.

Siempre tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora