Capítulo 8:

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Al salir del trabajo Carlos me estaba esperando. Me subí en su coche y lo saludé con un beso. Al llegar a mi casa nos sentamos en el sofá.

- Tenía muchas ganas de verte, preciosa –me sonrió.

Mi móvil sonó. Lo miré y era un mensaje de Manuel.

- ¿Qué pasa? –me miró preocupado –No has puesto buena cara al mirar el móvil.

- Esta mañana vino Manuel a mi casa –suspiré –Quería que habláramos. Le dije que no teníamos nada de qué hablar pero...

- ¿Pero? –lo sentí tenso.

- Quiere que le dé una oportunidad.

- ¿Vas a volver con tu ex?

- No –suspiré –No lo sé. Me dijo que me lo pensara y que en unos días le dijera algo.

- ¿Te lo estás pensando?

- ¿Debería? –lo miré triste.

- Eso lo debes contestar tú. ¿Qué sientes por él?

- Lo he querido mucho pero ya no es como antes.

- Debería irme –se puso de pie –Necesitas tiempo para pensar en ti misma y decidir lo que quieres.

- Carlos yo...

- No pasa nada –me sonrió –Lo entiendo. Hablaremos cuando decidas algo.

Se fue. Me quedé sola. Rodeé mis piernas con mis brazos y me eché a llorar. ¿Por qué se lo había contado? Había intentado desahogarme con la persona equivocada.

Por la mañana llamé a Paula.

- Necesito hablar contigo. ¿Puedes venir a mi casa?

Y allí estaba mi amiga. Como siempre cuando necesitaba algo. Sentada en mi sofá con un café en las manos y dándome consejos.

- No te entiendo Marta –puso los ojos en blanco –Manuel te ha hecho, siempre, mucho daño. Vuestra relación no era una relación normal. Eso no es amor.

- Lo sé –suspiré.

- Carlos ha estado para ti desde que lo conociste en la fiesta. Te ha cuidado cuando te enfermaste. Te ha defendido cuando lo has necesitado. Y tú, prácticamente, le has dicho que no sabes si volver con tu ex o no. ¿Qué te pasa? –me miró molesta.

- No te he llamado para que me regañes o te enfades conmigo –la miré preocupada –Sé que la he cagado. Siempre me manda un mensaje de buenos días. Hoy no lo hizo...

- Te está dando tu espacio. Para que pienses y te decidas de una vez. ¿Tan difícil es? ¿Sufrir o ser feliz?

- No quiero sufrir –puse los ojos en blanco.

- Entonces Manuel tachado –suspiró –Llama a Carlos y habla con él.

- No sé lo que siento por Carlos –solté.

- ¡No me lo puedo creer! –se llevó una mano a la boca –¿Te está entrando miedo porque estas enamorándote de Carlos?

- Hablo en serio –suspiré –Estoy sintiendo cosas que no había sentido antes. Yo pensé que estaba enamorada de Manuel. Siempre lo he dicho. Pero por Carlos no siento lo mismo.

- ¿No estás enamorada de Carlos? –me miró sin entender.

- Ni yo misma me entiendo –me encogí de hombros –Creo que no estaba enamorada de Manuel.

Siempre tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora