Capítulo 14:

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Me vestí de fiesta. Me puse un vestido blanco, hasta la rodilla, y unos tacones rojos. Me recogí el pelo en un moño despeinado y me maquillé un poco. Cogí mi bolso y bajé. Carlos me estaba esperando. Iríamos a la casa de Rodrigo y Paula. Ellos habían vuelto de su viaje de luna de miel y le habían preparado una fiesta sorpresa a Carlos, por su nuevo libro.

Llegamos a la casa. Carlos pensaba que sería algo informal. Sólo para cenar con Paula y Rodrigo. Al entrar salieron todos y gritaron: "¡Sorpresa!" Uno por uno, fueron felicitando a Carlos por su libro.

Bebimos, comimos y bailamos. Lo estábamos pasando realmente bien.

Mi amiga se veía enamorada. Abrazada y bailando con su marido. Ellos se daban algún que otro beso, de vez en cuando. Estaba muy feliz por ella. Por fin había encontrado al hombre de sus sueños.

- Ven, quiero enseñarte algo.

Carlos me llevó al ventanal para ver el cielo. Una gran luna llena estaba en lo alto. Estaba preciosa.

- Vamos –me dijo soltando nuestros vasos en una mesita –Desde arriba se ve mejor.

Me cogió de la mano y me dejé guiar. Me llevó a la misma habitación que la noche que lo conocí. Todo estaba a oscuras, pero ya sabíamos el camino. Llegamos al balcón y salimos al exterior.

- Se ve preciosa –sonreí.

- Tú también estás preciosa –me besó -¿Te acuerdas del día que nos conocimos?

- Sí, me trajiste a esta habitación para ver la luna. A Paula le pareció muy romántico –reí.

- Me gusta cuando sonríes.

- A mí me gustas tú –lo besé.

Cuando nos separamos nos quedamos mirando las estrellas.

- ¿Sabes? Una noche como ésta la describí en mi libro.

- ¿Sí? –me sorprendí -¿Qué escribiste?

- Estaban los dos mirando el cielo estrellado. Una gran luna llena brillaba en lo alto. Él se arrodilló en el suelo y sacó una cajita como ésta –dijo poniendo una de sus rodillas en el suelo y sacando, del bolsillo de su chaqueta, una pequeña cajita.

Yo me sorprendí. Llevé mis manos a la boca y sentí las lágrimas que querían salir de mis ojos. ¿Me iba a pedir matrimonio?

- Entonces ella se sorprendió y se puso las manos en la boca –continuó –Él sólo pensaba en pasar el resto de sus días con la mujer que amaba. Su gran amor –abrió, lentamente, la cajita y sacó un hermoso anillo.

- Marta, me gustaste desde el día que te conocí –empezó a decir –En una fiesta como ésta. En un día como éste. Con una hermosa luna llena, mirándonos, desde lo alto. Me enamoré de ti en la playa. Con esas sonrisas y esas miradas que me vuelven loco. Te amo, Marta, y quiero pasar el resto de mis días con la mujer de mi vida. Con mi gran amor. Con la niña de mis ojos. ¿Quieres casarte conmigo?

- Sí –dije sin dudarlo –Sí quiero. Te amo.

Me puso el anillo en mi dedo y me besó. Después nos quedamos abrazados, mirando el hermoso cielo estrellado. Con la única iluminación que la luz de la luna.

Lo amo y me ama. Vamos a casarnos. ¿Seremos felices, por fin?

FIN.

Siempre tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora