Capítulo 6:

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Caminaba por la playa mientras pensaba qué haría. ¿Qué siento por Manuel? Ya no estaba segura de que lo quisiera. He estado cinco años con él. Le he perdonado, una y otra vez, que me fuera infiel. Que se acostara con otras chicas. Siempre me ha dicho lo mismo y siempre lo ha vuelto a hacer. ¿Hasta cuándo lo perdonaría? ¿Hasta cuándo creería que iba a cambiar? No, él no cambiaría nunca.

Estaba cansada de toda esta situación. Estaba cansada de tener que perdonarlo. De morirme por dentro cada vez que descubría que se había acostado con otra. De sentir mi corazón romperse en mil pedazos. De tener que arreglarlo y aparentar que todo está bien. De intentar que todo fuera como al principio de la relación.

Terminaría con Manuel para siempre. Saqué mi teléfono y lo llamé. Cerré los ojos y suspiré.

- Tenemos que hablar –le dije.

- Eso mismo te dije yo, ¿y tú que me dijiste? Que te quedabas en la paya con tu amiga.

- No puedo seguir más con esto –suspiré –No es sano para ninguno de los dos. Nos estamos haciendo daño.

- ¿Estás terminando conmigo?

- Es lo mejor para los dos.

- No puedo creerlo –y me colgó.

Me quedé quieta. Con el teléfono en la oreja. Me había colgado. Guardé mi teléfono y me senté en la arena a pensar.

¿Qué siento por Carlos? Se ha portado realmente bien desde que lo conozco. Se ha preocupado por mí. Me escribe todas las mañanas para preguntarme cómo dormí y desearme un bonito día. Manuel nunca ha hecho eso por mí... ¿Por qué los comparo? Carlos le da veinte vueltas a Manuel en todo...

Suspiro y mira las olas del mar. Dicen que el mar sana todas las heridas. ¿Me sanará a mí? Es como si me faltara algo...

Sin pensarlo me meto en el mar y siento el agua recorrer todo mi cuerpo. Cierro los ojos y suspiro.

Mi vida nunca ha sido fácil. Mi padre, abandonó a mi madre, el día que se enteró que estaba embarazada. Ella trabajó toda su vida. Apenas estaba en casa. Se podría decir que no la conocí realmente. Dejé mis estudios y me puse a trabajar para ayudarla cuando enfermó. A los pocos meses murió. Dejándome completamente sola en ese mundo. Fue entonces cuando conocí a Manuel. Sentí algo de cariño de su parte y me creí enamorada. ¿Me enamoré de él? ¿Realmente me enamoré?

Estoy sintiendo cosas por Carlos que jamás antes había sentido. ¿Me estoy enamorando de Carlos? Mi cabeza daba vueltas. Me sentía mareada y empecé a sentir frío. Volví a la casa. Al entrar me encontré con Paula, Carlos y Rodrigo mirándome preocupados.

- ¿Dónde estabas? –Paula me abrazó.

- Salí a dar un paseo por la playa.

Me sentí mareada y lo vi todo borroso.

- ¿Qué te pasa?

Entonces caí en los brazos de Carlos. Desperté en la cama. Tenía algo en la frente. Intenté cogerlo.

- No te lo quites –Carlos apartó mis manos –Tienes fiebre. El doctor te ha revisado y dice que estás bien. Pero hay que bajar esa fiebre.

- Estoy bien –dije intentando levantarme.

- No estás bien –me sujetó y me ayudó a tumbarme en la cama –Tienes fiebre. Tienes que descansar.

- Mañana tengo que trabajar...

- Ya he llamado y he dicho que estás enferma.

- No puedo quedarme aquí –suspiré –Tengo que ir a trabajar.

Siempre tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora