Capítulo 3. [☑️]

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—¡Hola Paul! —saludó George al entrar a Jude's Cafe.

Paul McCartney, con su característica sonrisa, se acercó para recibir a George.

—¡George, amigo! Siempre es un placer tenerte aquí. ¿Cómo va todo en el hospital? —Preguntó Paul estrechándole la mano.

—Todo bajo control, Paul. —respondió George con gratitud.

Luego, Min Han se acercó con una sonrisa amable.

—Hola Paul, soy Min, la enfermera del hospital. Un placer conocerte —dijo estrechándole la mano.

—Encantado, Min. George siempre habla muy bien de ti -respondió Paul con cortesía.

Finalmente, John Lennon se aproximó con una expresión animada.

—Ey, Paul. Soy John, paciente de estos genios —comentó John mientras estrechaban manos.

—Ex Paciente —corrigió Min con gracia.

—Un placer, John. Si te están cuidando estos dos, estás en buenas manos —respondió Paul, guiñando un ojo.

En ese fugaz encuentro de miradas, John y Paul sintieron una corriente eléctrica que trascendía la simple cortesía. Era como si el tiempo se detuviera por un momento, y el bullicio del café se desvaneciera, dejando solo el eco de sus corazones latiendo al unísono.

—Bueno, chicos, ¿qué les parece sentarse y disfrutar de algo? —propuso Paul, rompiendo la intensidad del momento con su sonrisa amigable.

Se dirigieron a una mesa en un rincón acogedor del café. Mientras compartían risas y anécdotas, la conexión entre John y Paul se intensificaba, como si fueran dos piezas de un rompecabezas destinadas a encajar.

—John, George mencionó que eres un caricaturista callejero. ¿Algún día podrías hacer una caricatura de nosotros tres? —Preguntó George con una chispa de curiosidad.

—¡Claro! Será un honor. ¿Y tú, Paul? ¿Tienes algún talento oculto aparte de ser dueño de este increíble café? —inquirió John con picardía.

Paul rió, desviando la mirada por un momento.

—Bueno, he estado pensando en tocar algunas canciones aquí los fines de semana. Toco la guitarra, ya sabes —confesó con modestia.

El brillo en los ojos de John no pasó desapercibido para Paul. La atmósfera entre ellos estaba cargada de una energía especial, como si sus destinos se hubieran entrelazado de manera inesperada.

—Entonces, Paul, tal vez un día podríamos tocar algo juntos. Yo le voy a las letras, tú a la música. ¿Qué dices? —propuso John, mirando a Paul con una mezcla de desafío y complicidad.

Mientras la camaradería florecía entre John, Paul y George, Min Han observaba la interacción con una creciente incomodidad. Sus ojos se estrecharon ligeramente al notar la conexión especial entre John y Paul, revelando un prejuicio que guardaba en lo más profundo.

—Bueno, chicos, sería genial hacer música juntos. ¿Qué les parece si coordinamos algo para este fin de semana? —propuso Paul, emocionado.

—¡Perfecto! Estoy ansioso por eso —respondió John con entusiasmo.

George asintió con una sonrisa, pero Min Han no pudo evitar dejar escapar un suspiro apenas perceptible. La idea de una colaboración musical entre dos hombres parecía inquietarla.

—No sé, chicos. ¿Realmente es necesario todo este alboroto por la música? —Comentó Min con tono despectivo.

Paul, sorprendido por el cambio de actitud, frunció el ceño levemente.

—La música es una forma hermosa de conectar con los demás, Min. ¿No crees? —respondió Paul, intentando suavizar la situación.

Min Han mantuvo una expresión de desaprobación.

—No estoy segura de que todos deban conectar de esa manera. Algunas conexiones son... inapropiadas —Añadió, mirando de reojo a John y Paul.

George, notando la tensión, trató de intervenir.

—Min, la música no tiene género ni preferencias. Es algo que une a las personas, independientemente de quiénes sean.

Min desvió la mirada, no quería tener esa conversación. Comenzó a beber su café mientras los demás hablaban; George también lo hizo, dejando a John y a Paul hablando los dos solos.

—George, —habló la enfermera, en voz baja, solo audible para el doctor— ¿No cree usted que ellos se ven un poco... Gays?

George tragó saliva y negó con la cabeza, permaneciendo en silencio.

Min-Han frunció el ceño, molesta por ser ignorada.

—Solo digo que no creo que este tipo de conexiones sean apropiadas. —murmuró, mirando con desaprobación a John y Paul.

George suspiró, comprendiendo que la conversación no llegaría a ninguna parte en ese momento. Mientras tanto, John y Paul seguían inmersos en su propia burbuja, ignorantes de los prejuicios que flotaban en el aire.

—Bueno, chicos, creo que deberíamos ensayar el fin de semana. ¿Qué les parece el sábado por la tarde? —propuso Paul, tratando de retomar la atmósfera positiva.

John asintió emocionado, y George se sumó con una sonrisa. Sin embargo, Min Han seguía con su expresión desaprobadora.

—Yo no sé, Paul. Creo que deberías tener cuidado con las personas con las que te involucras. —advirtió Min, dirigiendo una mirada significativa a John.

George frunció el ceño, sintiendo la necesidad de defender a su amigo.

—Si Min no quiere, tal vez podríamos invitar a Ringo; próximamente saldrá del hospital y mencionó que tocaba la batería.

Paul asintió, dispuesto a mantener la armonía del grupo.

—¡Claro! Ringo sería una excelente adición. La música es para unir, no para dividir, ¿verdad? —comentó Paul, mirando directamente a Min Han, buscando su aprobación.

Min Han, sintiendo la presión, titubeó por un momento antes de asentir levemente.

Dr. Harrison • Starrison • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora