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Cuando entró a su hogar esperaba cualquier cosa de parte de su hermana, pero no algo cómo eso.
Se supone que aquella omega de quinta no volvería hasta iniciado el invierno, pero ahí estaba nuevamente en casa, dispuesta a quitarle más dinero a sus padres. Al parecer la vida adulta no estaba siendo de su agrado, y claramente sus padres le advirtieron sobre las consecuencias de haber aceptado aquel trabajo de dudosa reputación en Busan solo por los horarios accesibles. No entiende cómo alguien que estudió Administración y tiene una certificación en finanzas puede ser tan descuidada con las suyas propias.

Esta que hierve del coraje por tener que aguantarle, lo que espera, solo unos días hasta que termine de lamerle las botas a sus padres y conseguir algo de dinero.

Sin embargo, lo que no iba a tolerar, era lo que le estaba haciendo a su bebé Yoonie.
Su hermana siempre había sido una irrespetuosa, mucho más que él, pero estar lastimando así las muñecas de su omega no lo iba a permitir. Tan pronto como presenció la escena, donde precisamente su hermana logró abrir la puerta de su cuarto y hostigar a su Yoonie al punto de tenerlo temblando del miedo, fue momento de meter manos al fuego y separarla de un empujón.

- ¡Oye, ten más cuidado! Recuerda que estoy embarazada.

- Me importa una mierda, no toques a mi Yoonie.

Tanto el rostro de su hermana como el de Yoongi se desfiguraron en una mueca de expresión, aunque la de Yoongi fue una sonrisa tierna y un rubor en sus mejillas, y la de su hermana una de asombro que la hacía ver más fea de lo que ya es.
Tan pronto como separó a su hermana de Yoongi, corrió a abrazarlo y tomar su rostro entre sus manos para verificar que estuviera bien, un solo rasguño en su preciosa cara era suficiente para echar a patadas a su hermana.

- Me duele mi brazo. - Confiesa Yoongi, alzándolo para que el Alfa pueda ver las marcas de las uñas enterradas de su hermana en toda su muñeca.
Un brillo ámbar en sus ojos se hizo presente, el alfa estaba enojado por lo que su hermana se atrevió a hacerle a su omega.

- Estás muerta. - El alfa ha hablado, con un tono de voz tan oscuro que puso a Yoongi con la piel de gallina.

Para su desgracia, antes de que pudiera arrastrarla de los cabellos fuera de la casa, sus padres hicieron acto de presencia en el hogar.

- Suertuda, pero duerme con los ojos abiertos. - Susurró Jimin, amenazando aún con su voz de mando y la mirada ardiendo en coraje y sed de venganza.
Sus padres saludaron a su hermana como de costumbre, haciéndole las clásicas preguntas sobre su gestación y su trabajo, pero en cuanto terminaron toda su atención se fue a Yoongi.

- Yoonie bonito, ¿te vas a quedar a cenar? Espero que sí, recuerda que prometí enseñarte a preparar galletas. - Así es, su madre lo llamaba Yoonie bonito cada que estaba en casa. Y es que a sus padres parecía encantarles la idea de tener a Yoongi en su casa, lo adoraban en sobre manera, un poco más y lo incluyen en la pared de fotos familiares.

Su hermana está indignada con su presencia, claro está, pues a ella no le prestaron tanta atención y emoción como a ese tal Yoongi.

- ¿Y este quién es? - Pregunta "desinteresadamente" señalándolo de pies a cabeza como si fuera una cosa. Jimin va a responderle por sus miradas envidiosas y su elección de palabras, pero tanto su madre como su padre salen en defenza de Yoongi, poniéndose junto a él para darle un abrazo grupal.

- No le hables así, es Yoonie bonito. Es el novio de Jimin y como nuestro hijo. Solo míralo, todo bonito y tierno. - Está celoso de su madre, mucho, pues sostiene las mejillas del omega y lo tiene sonriendo por tanta dulzura.

- ¿Por fin conquistaste uno? Pobre chico, tener que aguantar alfas testarudos como tú.

- Al menos tiene un alfa, no como otras omegas que conozco que se acostaron con el primero que se les cruzó en frente. Aunque, bueno, en tu caso lo obligaste, y para desgracia terminaste como globo de feria.

Entre AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora