Entre Alfas

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El club de cine esta reunido afuera de lo que es, nada más y nada menos, que el teatro donde la orquesta nacional práctica. Hoy es la presentación que grabaran y utilizaran para su documental de arte, y dentro de 3 días más será la presentación de baile de Jimin y su hermano Hobi. 

Todos están formados en una fila especial para aquellos que tienen pases VIP. Todos están de traje elegante, como estipula en el código de vestimenta del lugar y de los pases. Aún esperan a alguien, la omega de cabellos rubios mal pintados que adora molestar a Yoongi con cosas sin sentido. Esta seguro al 100 porciento cuyas actitudes son porque él tiene la atención de Jimin, el alfita codiciado por muchos y que solo él tiene la dicha de pasar su tiempo junto a él.
Jimin ya le había contado algo al respecto, de haber rechazado muchas salidas por parte de la chica pues no tenía ningún interés en formar algo con alguien.

Claro que eso cambio cuando Min Yoongi el omega de ojos gatunos y cabellos oscuros apareció, como un deseo ante la estrella fugaz.

A lo lejos puede ver que la chica acercarse con ropas casuales hasta ellos.

-¿Qué estas usando?.- El jefe del club, que viste unos pantalones de vestir oscuro y una camisa de botones color azul marino, mira el atuendo de su compañera y le reprende por no haber leído el código de vestimenta.

-¿Qué tiene de malo mi ropa?.- Pregunta incrédula, como si no se diera cuenta que esos pantalones rotos y la blusa escotada no combinan para nada con ellos o con el lugar.

-No te van a dejar pasar así. - Sus compañeras féminas, que visten vestidos casuales y elegantes también proceden a regañarle.

-Pero...

-Ya no hay tiempo, el concierto empieza en 20 minutos. No vas a poder entrar. - Yoongi está sonriendo por dentro, esto parece una escena de película y le encanta.

-Entonces uno de ustedes tampoco, los pases son dobles.

-¿Por qué discuten?.- Jimin aparece por detrás de Yoongi, con un traje gris oscuro ajustado a la medida, con la camisa algo desabotonada y los cabellos rebeldes. Yoongi lo abraza automáticamente, y procede a contarle el problema que estan teniendo con su compañera irresponsable.

-Yo puedo entrar con uno de ustedes, también tenía un boleto, pero es para los asientos normales...

-Excelente, Joon te vienes conmigo y así Jimin entra junto a Yoongi.- El jefe a hablado, y todos se acercan a entregar sus boletos para presenciar la orquesta.

-¿Y yo qué voy a hacer?

-Te vas a tu casa y editas lo que te vayamos a mandar. Esto te pasa por irresponsable, y olvídate de la carta de recomendación.

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Hay silencio dramático, todos están ansiosos a la espera de la orquesta, de las 3 horas que les esperan. Están en un balcón privado que, increíblemente, lo tienen solo para ellos. Todos han acomodado las cámaras y sus cuadernos para tomar nota, mientras tanto Yoongi está emocionado por ver a su hermano cumplir sus sueños... todo es tan precioso e irreal, un sueño.

El director orquestal aparece sonriendo y saludando al público, la gente aplaude y es cuando cae en cuenta de que hay muchísima gente, el teatro está repleto. El telón se abre y se emociona cuando ve a su hermano en el centro de todos aquellos músicos expertos, ahora entiende por qué no estaba en casa la mayor parte del tiempo. Desconocía por completo que Jin fuera a abrir el concierto con un solo.

-¿Ese no es tu hermano?.- Jimin pregunta incrédulo, guardando silencio cuando las primeras notas empiezan y siente esa opresión en el pecho, esa sensación de disfrutar el movimiento de la música por el lugar.

-Ese es mi hyung... mi talentoso hermano. - Yoongi quiere llorar, aunque se contiene por los demás. Puede ver la concentración de su hermano, como desborda trabajo y sudor cuando la pieza se pone más difícil, probablemente sus dedos ardan y terminen llenos de cortadas por el movimiento que hace sobre las cuerdas, pero nada de eso parece importarle cuando termina abruptamente, alzando su arco y dejando que el sudor abrace su frente. Respira agitadamente y sonríe cuando una lluvia de aplausos lo atraviesan como dagas.

En su cara malditos ex-compañeros.

Piensa Jin, tomando el aire que sus pulmones necesitan cuando el telón se cierra y debe de tomar su lugar junto a la orquesta.

Acomoda sus partituras y sonríe al ver a Yoongi sonriendo y saludándolo desde el balcón.
Le regresa el saludo con su arco y desvía sus ojos al otro balcón, sintiendo el retumbar de su corazón cuando ve que su segundo invitado a aceptado la invitación que le mandó junto con su pequeño presente.

Ahora con más razón va a darlo todo hoy.

🐺

- No sabía que tu hermano fuera así de talentoso, hasta le dieron flores al final.- Jimin sigue sin palabras, hay quienes sí saben apreciar el arte y sin duda el alfa es uno de ellos. No va a admitirlo, pero Yoongi presenció una que otra lagrima de emoción de su parte.

El club de cine también le agradeció por haber conseguido las entradas para el balcón VIP, todos estaban tan emocionados por las tomas que habían logrado, además de que también disfrutaron del concierto.

- Seokjin siempre ha sido algo inseguro referente a sus gustos, Hobi y Tae no saben que Jin es parte de la orquesta nacional, tampoco saben que toca el cello. 

Jimin se queda algo pensativo, asintiendo con la cabeza pues siente que eso le pasa a él también. Como si bailar fuera su pecado y sus espectadores solo lo juzgarían por sus acciones.

Los enamorados abandonan el teatro, encaminándose en búsqueda de algo para pasar la tarde, pero ninguno esperaba ver a Seokjin fuera del teatro con una compañía que ambos conocían muy bien.

-¿Hyung?.- Yoongi no está totalmente seguro si es quién cree que es, pero cuando Namjoon se dió la vuelta todas sus dudas fueron sepultadas.

-Yoon...ey.- Puede ver el nerviosismo de su hermano, como si tratara de ocultarse en su propia sombra. - Invite a Nam también, por el pequeño percance que tuvimos. - quiere reírse de su cara, de la emoción que desprenden sus ojos por la compañía de Nam.

Ambos se alejan despacio, pues al parecer las almas enamoradas deben de aclarar sus sentimientos, y darse cuenta de que lo que sus corazones sienten es real. Ahora solo falta que ambos lo descubran.