❛Ardiendo❜

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   Una extensa masa de llamaradas se extendía imparable por toda la llanura de los montes de China. Las copas de los árboles ardían con vigor, las cenizas de la madera y hojas secas pintaban el denso fango de un gris oscuro. Los animales habitantes, como monos, pájaros y roedores que mantenían sus hogares dentro del tronco de los árboles que ahora estaban siendo incinerados, huían despavoridos del abrasador fuego incomsumible.

   Entre ese caótico e irregular panorama, un pequeño demonio de cabellos humeantes caminaba entre las ruinas y el fuego, el césped debajo de sus pies descalzos era incendiado insantaneamente al momento de hacer contacto y una areola amarillenta cubría su cuerpo.

   El pequeño corría de un lado a otro, abrazando árboles que se fundían en las llamas al tener contacto con su cabello o sus manos. Al joven demonio esto le parecía maravilloso, reía y veía con asombro como las hojas ardían e iluminaban de colores cálidos, llenando de brillo sus ojos rojizos.

   De repente, había llegado a una zona del bosque que aún no sucumbia al catastrófico escenario. Se adentro con curiosidad aún más en el denso bosque verdoso, la llama de sus cabellos y las pisadas detrás de el generaban un camino luminoso. Sus ojos miraban con asombro la magnífica pintoresca de colores totalmente distintos a los que él estaba acostumbrado a apreciar, pero igual de hermoso para los ojos de un demonio inexperto. Porque en el momento en que se descuidó, estaba rodeado de pequeños animales curiosos y confundidos de la diminuta vela andante que amenazaba su hábitat. Llevo sus bracitos a sus piernitas poniendose al nivel de los carismáticos monos que se acercaban a paso lento.

   El pequeño demonio de fuego nunca había visto ningún otro ser que no fueran los fámulos toro de su padre, por lo que tenía un profundo e inocente deseo de conocer a aquella criatura peluda que se acercaba olfateando.

   Cuando el niño alzó la mano, el mono se puso en guardia, mirando hacia sus otros compañeros para ver si había rastro de peligros y si necesitaban huir, sin embargo,  al notar que el demonio se quedó quieto esperando a que se acercara detectó que tal vez debería seguir avanzando.

   La yema de los dedos estaban extendidos hacia el primate que se acercaba precavido llegando a una distancia lo suficientemente segura como para imitar al infante y extender su mano. Los dedos chispeantes estaban a centímetros de la callosa mano de macaco que estaba dispuesta a tener contacto con él y una creciente emoción empezó a consumir al pequeño Redson cuando el siseo de la piel se hizo presente en sus puntiagudos oídos.

   Los dedos del mono se quemaron ligeramente, reaccionó con un fuerte chirrido y los demás huyeron mientras un mono en específico se acercaba molesto soltando bramidos amenazadores, abalanzandose sobre el niño para atacarlo.

   Este mismo ataque por la ahora fea criatura duro poco dado el ardor que emitía el demonio de fuego, sin embargo si se generó una herida no tan profunda en forma de 'x' en la mejilla del pequeño. Una vez generada esta herida, ambos monos huyeron junto con el resto de su manada.

   El niño se quedó sentado en el suelo, con una mano sosteniendo su peso y la otra sobre la mejilla ahora herida. Pequeñas gotas se deslizaron por sus mejillas, gotas que ardían en su piel de fuego apagando la llama y generando aún más dolor. No podía evitarlo, un profundo sollozo se escapó de su garganta, su cabello explotó en un incendio abrasador que consumió todo a su alrededor. La combustión se extendía sin parámetros ni límites llegando lentamente hacia las pequeñas aldeas que evacuaron rápidamente la ciudad cuando el caos arribó en sus prados.

[. . .]

   Zha Wujing se dirigía en su nube a toda velocidad hacia aquella devastadora calamidad que profanaba la santidad del bosque. Sus ojos se dirigieron hacia los pequeños animales, algunos fallecidos, que eran abrazados por las llamas que a pesar de no tener nada más que consumir se mantenían intactas sobre las millas y millas de terreno ardido. Contuvo un gemido ahogado de angustia al observar tal desastre, aunque su momento de apreciación y empatía fue interrumpido por una creciente discusión a sus espaldas.

Two Monkeys Are Better Than One [Lmk AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora