Después de una deliciosa comida instantánea, ayudé a recoger todo aunque Rubén insistió que no, después lo obligue a lavar los platos.
Rubén- ¡Ya! Detente o...
______- O si no ¿Qué?
Le miré de forma retadora mientras hacía otra bolita con la servilleta que tenía en la mano, reí un poco antes de aventarsela y que cayera justo en su cabeza. Había sido un tiro perfecto.
Mi víctima no habló, se quedó en silencio mientras seguía secando uno de los platos, observé cómo cerró la llave del agua, secó el traste y hizo lo mismo con sus manos. Antes de que volviera a aventar otra, giró rápidamente y sus brazos envolvieron mi cintura para dejarme atrapada entre el y la pared en la que estaba recargada.
Rubén- O si no te voy a llenar de besos.
Empezó a repartir besos cortos y torpes por toda mi cara, traté de soltarme pero no podía por culpa de su estúpido agarre.
______- ME VAS A LLENAR LA CARA DE SALIVA.
Comencé a empujar con mis manos en sus mejillas para librarme de una jodida vez por todas, sé que muchas chicas tomarían este "ataque salival" como algo tierno, sin duda yo no era una de ellas y el troglodita que tenía enfrente lo sabía.
Rubén- ¡Listo!- me soltó y se alejó sonriente a quién sabe dónde.
Yo mientras aproveché para lavarme la cara en el fregadero, salí de ahí hacia la sala, tomé mi bolso de el sofá en el que lo había dejado.
Tan pronto como la abrí Raspberry se subió para empezar a olisquear lo que había sacado, acerqué mi mano para que hiciera lo mismo que con mis cosas y cuando me aseguré de que no le desagradó empecé a acariciarla. Después de unos segundos así la dejé en paz pues ya me había indicado gentilmente con una mordida que parara. Volví a mis asuntos con la bolsa y saqué mi cosmetiquera para poder ponerme un poco de maquillaje en las ojeras y bálsamo en los labios. Miré mi espejo portátil y me aseguré de que todo estuviera en orden.
Rubén- ¿Te estás poniendo guapa para mi?
______- ¡Por supuesto!- exclamé con demasiado sarcasmo.
La gatita se acercó a él y se paseo por sus pies, él la tomó con sus manos para cargarla, todo esto mientras le decía cosas bonitas con un tono de voz muy cómico. No pude evitar soltar una pequeña carcajada a lo que él respondió con una mirada cariñosa que me dejó pasmada.
Noté que mis pensamientos se habían quedado en blanco por un largo rato cuando fue él quien se rió.
Rubén- ¿Necesitas una servilleta querida?
______- ¿Qué?- contesté algo aturdida mientras me obligaba a regresar a éste planeta. Rubén- Estás babeando... por mi.
Dejó a la gata en el suelo y se acercó hasta sentarse en el sofá.
______- Pffffff... - hice un movimiento con mi mano para restarle importancia a lo que estaba diciendo mientras apartaba la mirada.
Reía un poco en busca de evitar pronunciar algo y que ,en realidad, lo único que saliera de mi boca fueran incoherencias.
Alejó su mirada de mi para observar hacia algún lugar de la habitación, algo me decía que sus pensamientos no estaban aquí y solo mi corazón sabía lo mucho que estaba dispuesta a pagar para poder saber uno solo de sus pensamientos, pero no de los que normalmente tiene, sino de los que valen la pena, de los que se apoderan de su mente y lo atormentan.Aunque claro era que el juego había cambiado, ya no éramos dos extraños que se empeñaban en joderse la vida el uno al otro, ni tampoco aquellos dos enamorados que fingían ser extraños para poder huir a lugares que los tuvieran separados incluso por fronteras e idiomas, ya no.
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Los caramelos no siempre son dulces. (Rubius y tu)
FanfictionLa felicidad es hermosa, pero ¿Cuál es el precio cuando no se sabe si es real?