Capitulo VIII

19 2 3
                                    

Eres perfecta.

¿Nunca han sentido un alivio inmenso en el alma? Si, uno que te dice: ya pasó, todo está bien. Bueno, así me siento yo en este momento.

Gracias al cielo que en el resto del viaje nadie hizo más preguntas con respecto a calendario,  y es que no sabría cómo responderlas. Ósea ¿cómo les digo? Odio el mes de junio de cada año, pero en especial detesto con mi ser el año dos mil trece.

Mi vida es un completo caos desde ese día seis de junio, porque siento que todo es mi culpa ¿por qué creo eso? Simple, cada vez que yo estoy cerca pasan cosas malas. Así que si, todo es mi culpa. Por eso rompí el calendario, porque ahora está igual de roto que yo.

¿por qué no lo he tirado a la basura? Fácil, porque así tengo el recordatorio de que todo es mi culpa. Pensarlo es más fácil que decirlo, es por eso que me ahorro mis comentarios y simplemente espero que todos crean que es un simple detalle sin importancia.

Ahora, nos encontramos en una montaña inmensa. Solo nos rodea naturaleza, y es perfecto, se siente una inmensa paz en este lugar. Dejamos la furgoneta estacionada y estamos improvisando nuestro campamento para este fin de semana.

Esto será divertido.

—¡Ki, ven al agua!— Me grita Daniela. Si, ya todos mis amigos corrieron al río. Yo mientras tanto estoy admirando todo lo que nos rodea.

—Ki, ¿podemos hablar?— Ithiel está tomando mi mano y me está guiando lejos de los demás. — Gracias por invitarme... Mmm... ¿tú ya le hablaste a tu familia de mi? Quiero decir... ellos... ¿ellos saben quien soy?

—Les dije que eras un amigo.

— Si, pero ellos no me conocían. ¿Segura que no molesto?

Ithielito, Kiana ni siquiera sabía que tú venías. Pero tú no molestas a nadie, querido. Aquí la única que molesta es mi queridísima Kianita.

Cállate.

—Por supuesto que no, mamá me dijo que invitara a mis amigos.

— Ok, ahora estoy más tranquilo.— dice con una sonrisa tímida— Ahora si, te traje hasta aquí porque quería hablar de algo contigo.

—¿Y bien?

—Me gustas, me gustas mucho. Es raro, lo sé. Se que apenas nos conocemos pero esto que siento es aún más raro y desconocido para mi.— Habla tan bajito como si le diera pena.— Juro que no lo había sentido nunca. Y no quiero equivocarme esta vez, quiero hacer las cosas bien, Kiana. Quiero merecerte, quiero tratarte como lo mereces...— dice mientras toma mi mano, y sus labios forman una sonrisa linda. — Y cuando nos vean juntos, quiero  gritarle al mundo que está chica es la princesa de mi castillo.— Ithiel está tan sonrojado que me parece absolutamente adorable.— Ok, me dirás qué soy un exagerando, porque apenas te conozco. Pero por eso te pido que me dejes conocerte. Conocernos. Vamos a darnos una oportunidad, no te pido que me contestes ahora mismo, tampoco que seas mi novia. Primero hay que conocernos y ver qué resulta. ¿Amigos?

Estoy. Soñando.

Pellízquenme. Que no reacciono...

AYUDAAAAAA.

CÓDIGO ROJO, repito. CÓDIGO ROJO.

¿Qué le digo? ¿Qué se supone que debo responder ante tal declaración? ¿Qué hago?

Tras pensar apresuradamente, algo se encendió en mi cerebro.

Lo tengo.

—Esto es sin duda alguna lo más lindo que me han dicho. Y si, me gustaría ser tú amiga, me gustaría conocerte, y también me llamas mucho la atención. Desde que choqué contigo en el pasillo. Y te juro que no fue a propósito. Pero cuando me viste corriendo si te estaba buscando porque necesitaba verte de nuevo.— digo tan rápido que siento que me quedo sin aire.

Seis de junio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora