Capitulo XX

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Camarón que se duerme...
¿Vas a llegar tarde toda tu vida?

Algunas veces pienso mucho, en otras ocasiones simplemente no pienso nada.

¿Cuáles serían esas ocasiones en las que no pienso nada? Bueno en realidad si pienso- creo que es imposible dejar la mente cien por ciento en blanco- pero no entiendo nada. Uno de esos momentos es justo ahora.

Estoy en el instituto, justo ahora me encuentro en clases de matemáticas y la verdad siento que me hablan en otro idioma, siento como si estuviera en una galaxia alterna a la mía. Literalmente no estoy entendiendo un carrizo.

—Agh, odio esto.— murmuro por lo bajo, mientras observo como casi todos entienden la clase menos yo.— ¿cómo entienden esto?

—Yo tampoco entiendo nada, si te sirve de consuelo.— me dice Dostin que está sentado detrás de mi.— Moriré antes de comprender las matemáticas.

—Siento que primero se extingue la humanidad antes de que yo entienda.

Ambos soltamos risitas por lo bajo y volvimos a poner toda nuestra atención en la pizarra. Nunca entenderé la facilidad con la que otros comprenden, yo no comprendo ni lo básico. Y se vuelve peor cuando combinan números y letras; y ni hablar de las gráficas.

—De verdad que no comprendo nada.

Tengo un dolor insoportable de cabeza. Mis pobres neuronas deben estar a punto de explotar, y lo peor es que ni siquiera he comprendido absolutamente nada.

He repetido un montón de veces el hecho de que no entiendo nada, pero es que es exasperante sentarte dos horas y ver cómo escriben y dibujan gráficos, y tú bien gracias, sentado de lo más incómodo y sin entender NADA. Y cuando digo nada me refiero a ABSOLUTAMENTE NADA.

Creo que hoy murieron algunas de mis pobres y nada inteligentes neuronas. Gracias por nada matemáticas. Eres la peor cosa que me ha pasado en la vida. Ok, tampoco voy a exagerar, en clases particulares si comprendo pero aún no he llegado a lo que estoy viendo en el instituto. Así que solo esperaré a que cuando llegue a este punto logre entenderlo. Porque renunciar no es una opción.

—Oye Ki.— susurra Dostin.— Huele a quemado, ¿quieres un extintor?

—No eres gracioso.

—Claro que lo soy. Solo que como me burlo de ti no te divierte.

—Dostin, estás hablando con la persona que se ríe de sus desgracias, si dice que no eres gracioso es porque es la verdad.— Dice Nellie que está sentada detrás de Dostin.

Escucho las risitas de Ellie y Lu, que están sentadas más atrás en la fila. Incluso Dani se está riendo. Dostin mira a su lado y le lanza una mirada acusadora a su novia.

—No es gracioso.— dice muy ofendido.

—Cállense, que intento entender.— les digo. Y para mi mala suerte eso solo los hace reír más fuerte. A causa de ello el profesor voltea y enojado por nuestro "mal comportamiento" nos sacó del salón de clases. En fin, la suerte horrible me sigue persiguiendo.

                                       •••

En la vida hay días en los que todo parece oscuro, en los que siento  que soy tan insignificante e irrelevante, días en los que siento que ni con mi mayor esfuerzo lograré cumplir mis sueños. Soy una pérdida de tiempo.

Siento que demandan más de mi que lo que puedo dar, siento que todos esperan de mi mucho más de lo que soy capaz de ofrecer. Siento que quieren que cumpla sus expectativas, pero ¿En dónde quedan las mías propias? ¿Dónde queda todo lo que me he propuesto lograr? ¿Dónde quedan mis aspiraciones? Estoy tan cansada de que todos esperan que sea lo que ellos quieran, estoy harta de fingir ser quien no soy. Entonces quieren que haga lo que me piden porque yo no sé lo que quiero. Bien, tienen razón, puede que yo no sepa lo que quiero. Pero tampoco me debo conformar con algo que no me gusta, con algo que no me llena. Eso sería dejar de ser quien soy por complacer a los demás.

Seis de junio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora