Capitulo XV

2 0 0
                                    

Una mente
autodestructiva.

Al despertar estaba llorando, y no, no era por el dolor insoportable en mi brazo, era porque tuve un sueño horrible. Soñé que mi papá había muerto, pero me desperté exaltada. Mi papá había muerto hace varios años, ¿por qué volver a soñar con trágicos escenarios? ¿Por qué mi mente quiere recrear feos escenarios de su muerte? Si, yo no pude visitar a papá al hospital antes de que muriera, y eso es algo que me cuesta perdonarle a mi familia, ellos no me dejaron ir porque supuestamente estaba muy pequeña para visitar a alguien en un hospital; pero ahora tengo que vivir sabiendo que papá murió sin poder despedirse de mi, sin yo poder darle un último abrazo, sin decirle cuánto lo amaba. Ni siquiera pude verlo a los ojos una ultima vez, jugar con él una vez más, hacerlo sacar de sus casillas para que me regañara. Todo, lo extraño todo de el.

Cuando llegaba cansado del trabajo y yo quería jugar, el iba y jugaba conmigo, nunca me dijo que no. Cuando llegaba amanecido del trabajo y yo quería salir, el me llevaba. Si quería practicar deportes extremos, hacia el mayor esfuerzo por comprarme una patineta y enseñarme a patinar—cosa que no alcanzo a hacer—Si quería aprender a manejar bicicleta, el me enseñaba. Si mi hermano jugaba béisbol y yo quería aprender, pues nos llevaba a ambos a la cancha y nos enseñaba. Si quería aprender a nadar, pues íbamos a la playa— aunque nunca aprendí realmente a nadar—

Pero también me enseñó que no, era no. Me enseñó que no podía cumplir todos mis caprichos. Y sin embargo siempre se esforzaba por darnos lo mejor que podía.

Él era lo mejor que yo tenía, yo lo amaba tanto que soy sincera cuando digo que lo sufriría por el resto de mis días. Papá era como mi superhéroe favorito, mi mejor amigo sin duda alguna. Recuerdo cuando cocinaba, cuando me decía palabras en otro idioma y yo sentía como que era un alíen, cuando me llevaba con él al trabajo y yo miraba feo a todas las mujeres que se dignaran siquiera a mirarlo, cuando me prometía cosas que yo sabía que no cumpliría. Si, no todo es perfecto, sabía que no cumplía todas sus promesas, pero también se que siempre hacía lo posible por hacerlo. Sabía que lo intentaba y eso para mi era suficiente.

Pero un día enfermó, la historia de ahí en adelante no es muy bonita, de hecho no es nada bonita. Para mi es la peor historia de terror, porque me hizo sentir sola.

Ahora que él no está he comprendido muchas cosas. Una de ellas es que él siempre decía cosas como que quería que Dios se lo llevara, no quería seguir viviendo y pasando por cosas. Se que no es culpa de Dios. Pero por mucho tiempo he culpado a mi papá, porque él quería morir, él quería irse. Siento que no valía lo suficiente para el.

Parece mentira creer que a quien consideraba mi superhéroe, la persona que yo más amaba, fue la primera persona en hacerme sentir insuficiente, fue la primera persona en mostrarme que el amor no es suficiente para mantener a alguien contigo. Así que desde entonces he vivido con cuidado de entregar todo mi corazón a alguien, he vivido con cuidado de no salir lastimada nuevamente. Pero mientras más intento cuidarlo más lo lastimo.

Luego de la muerte de papá, luego de llorar hasta más no poder, me centré en el dolor de mamá. Y es que todos me decían que debía ser fuerte por ella, que debía ayudarla a levantarse, y eso hice. Me tragué todo lo que sentía, sin siquiera darme cuenta. Me sentía bien, sentía que ya había comprendido todo, que ya no dolía. Y comencé a ayudar a mamá, a decirle que se desahogara y que lo dejara ir.

Un día le dije que se despidiera de él, que lo dejara ir. Y vi como mamá se paraba en la ventana de su habitación y se despedía de él, vi como lloraba, pero también vi como se levantó después de ello. Y no mentiré. Me sentí llena, poderosa, sentí que podía lograr cualquier cosa.

Seis de junio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora