Capitulo 2 - Lagrimas saladas, desastre de cena y comentarios filosos

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Ay el amor!
Hola personitas hermosas, Ant por acá!
Les traigo el segundo capítulo y el tercero está casi listo. Estos dos nos darán emociones muy fuertes pero tengan paciencia hay final feliz 🥹🩵

Avisos 🚨‼️

Este capítulo contiene lenguaje vulgar, violencia, lenguaje sexual, escenas sexuales, sangre, descripción de escenas violentas. Recomiendo discreción y si no te gusta no denuncies por favor no lo leas, a los demás espero les gustes.

Y bueno después de esto nos vemos en las notitas finales. ✌🏼💕

Lucerys tenía la nariz roja, y llena de mocos

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Lucerys tenía la nariz roja, y llena de mocos. Su cabeza dolía pero ya no tenía pensamientos algunos.

Escuchó el goteo del agua que caía en el suelo mientras el solo contemplaba el techo blanco de la habitación con decoraciones intrincadas, respirando con suavidad. Después de su sesión de llanto en la playa con Alicent, solo tenía una idea fija que no necesitaba discutir, haría un trato con Aemond, uno solo y con eso bastaría para los dos. Ya incluso había pedido a Elinda que se encargará de algunas cosas con discreción, ya los cuchicheos eran muchos y no quería más molestias.

Escuchó la puerta ser tocada con suavidad, y después de dar la orden de pase, vio cómo la joven entró con sus ropas. Batas ligeras para dormir, ella estaba preocupada por él y se lo comento cuando lo vio entrar y llorando con la reina madre, solo le pidió un baño, algo suave de comer y listo. No probó comida, y solo se metió al baño, y había estado ahí desde entonces, levantó sus manos viendo lo arrugada que estaban.

–Alteza, ¿cómo se siente? – su voz sonó suave y tranquila, pero no menos preocupada –: ha estado aquí mucho tiempo, el agua debe estar fría y seguro enfermera.

–Solo quería pensar...- susurró con suavidad, su voz estaba carrasposa porque había llorado entre sollozos lastimeros –: No tienes que preocuparte – le vio a los ojos y pudo notar la preocupación –: Elinda, ¿puedo hacerte una pregunta? Y puedes ser honesto conmigo, y jurarme que esto no saldra de aqui,

–Lo juro, alteza... – ella se acercó, lo sabía bien porque era la dama de confianza de su madre y cambiaron específicamente para que lo cuidara, ella se sentó en el suelo acomodando su vestido. Él le sonrió con honestidad –: Puedo jurarle que nadie sabrá de lo que me confía.

–Gracias... – estiró su mano y ella tomó, la arrugo un poco porque sintió lo fría que estaba –: Elinda, ¿crees que soy feliz en mi matrimonio? ¿Crees que mi esposo y yo podamos ser felices?

Era una pregunta tonta, todos sabían de su relación con Aemond, pero necesitaba que alguien con franqueza le despertara y hacerle saber que lo que estaba por hacer era lo correcto.

–Bueno, alteza – ella soltó un suspiro –: Creo que el príncipe Aemond y usted han pasado por muchas cosas juntos y separados, muchas ofensas se han acumulado y no se les ha dado una resolución por lo que creo que hace más difícil su convivencia ya que las ofensas son difícil de tratar si no se resuelven – escuchaba sus palabras –: Creo que seria bueno solventar las heridas del pasado, alteza. El tiempo no cura las heridas creo que las pudre si no se tratan, así que empezando por ahí podrían buscar su felicidad, la de ambos. – le sonrió acariciando el dorso de su mano –: creo que no lo son alteza, pero si ambos pusieran de su parte disculpar las ofensas, podrían llegar a ser felices y más porque el príncipe Aemond siente atracción por usted

El omega de las MareasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora