Epilogo - El omega y el alfa de las mareas

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Hola, personitas hermosas. ¡Ha llegado el momento! Me presento, Ant, por aquí, con el epílogo de Omega de las Mareas. Este epílogo es uno de los más largos que he escrito, con casi 30,000 palabras, porque quería cerrar todos los cabos sueltos de la historia. Espero que les guste y que lo encuentren tan bonito como yo lo disfruté escribiendo; es la resolución de todo.

Como siempre, aquí están las advertencias sensuales:

Advertencia: Este trabajo es pura ficción. Todos los personajes pertenecen a HBO y a George R.R. Martin. Solo ejerzo mi derecho a escribir fanfiction sin fines de lucro. Contiene lenguaje vulgar, incesto, discriminación, misoginia, escenas sexuales consensuadas entre mayores de edad, y violencia.

Si alguno de estos temas te incomoda, por favor, no lo denuncies, simplemente no lo leas. Si decides seguir adelante, recuerda respetar los comentarios y los gustos de los demás. 🙏

¡Disfruten de la lectura y déjenme saber qué piensan! Estoy ansiosa por leer sus comentarios.



Dicen que las bodas y los funerales son los únicos momentos en los que una familia se reúne por completo

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Dicen que las bodas y los funerales son los únicos momentos en los que una familia se reúne por completo.

Sin embargo, a veces el deseo de sangre y fuego, el anhelo de venganza, también puede unirlos. Eso fue lo que pensó Aemond cuando finalmente decidió viajar a Tyrosh para buscar a su esposo. Lo sorprendió descubrir que el maestre Aron, quien había atendido a Lucerys, era originario de Tyrosh. El maestre les confesó que conocía ese lugar como la palma de su mano y se ofreció a acompañarlos si necesitaban su ayuda.

Al principio, la idea de que un maestre pudiera ir con ellos en una misión así parecía extraña para Aemond. Siempre había visto a los maestres vestidos con sus largas túnicas grises, más apropiadas para los confines de una biblioteca que para una incursión peligrosa. Pero cuando Corlys Velaryon sugirió que tal vez necesitarían un maestre especializado para tratar a Lucerys, aceptaron la oferta sin dudarlo. Fue inusual, casi desconcertante, ver a Aron vestido con ropas comunes: pantalones anchos de mezclilla y una camisa ajustada, ceñida con un fajín de cuero negro. Incluso se había cortado el cabello al ras, lo que hacía resaltar aún más sus intensos ojos verdes.

El viaje a Tyrosh fue liderado por Aemond, acompañado por Joffrey, Daeron, y un contingente armado de la flota de Lord Corlys. El propio Corlys había tomado la ofensa contra su nieto, y la amenaza a sus bisnietos, de manera personal. La furia en sus ojos dejaba claro que estaba decidido a poner fin a esa traición. Así que, sin más dilación, se dividieron en varios grupos.

Jacaerys, Daemon y Rhaenyra partirían hacia Lys, Rhaena, Baela y Helaena a Myr, mientras que Daeron, Joffrey, Corlys, Aron y Aemond se dirigirían a Tyrosh.

Rhaenys se quedaría en Driftmark con Addam para proteger el hogar, mientras que Aegon, que había insistido vehementemente en unirse a la expedición, fue dejado atrás en Dragonstone. No solo por la necesidad de mantener la calma en el reino, sino también porque Jacaerys había descubierto que su hermano estaba esperando un hijo, y no quería arriesgarse a más complicaciones. Era un secreto bien guardado, pero ahora la responsabilidad de cuidar a Aegon pesaba más que nunca.

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