Capitulo 9 - La tormenta antes de la calma.

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Hola, hermosas y hermosos! 🌟

Aquí está el momento que todos esperaban: el último capítulo de Omega de las Mareas. 🐉✨

Ha sido un viaje intenso, lleno de emociones fuertes y momentos que han marcado tanto la historia como a mí misma. Este capítulo final es una mezcla de sangre, esperanza, y nuevos comienzos. Sé que es largo, así que tómense su tiempo para leerlo y disfrutar cada detalle. Les pido disculpas por cualquier error que pueda haber, pero lo importante es que está aquí para ustedes.

Como siempre, aquí están las advertencias sensuales:

Advertencia: Este trabajo es pura ficción. Todos los personajes pertenecen a HBO y a George R.R. Martin. Solo ejerzo mi derecho a escribir fanfiction sin fines de lucro. Contiene lenguaje vulgar, incesto, discriminación, misoginia, escenas sexuales consensuadas entre mayores de edad, y violencia.

Si alguno de estos temas te incomoda, por favor, no lo denuncies, simplemente no lo leas. Si decides seguir adelante, recuerda respetar los comentarios y los gustos de los demás. 🙏

¡Disfruten de la lectura y déjenme saber qué piensan! Estoy ansiosa por leer sus comentarios.


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Lucerys sentía el peso del cansancio en cada fibra de su cuerpo. Su rodilla le dolía con intensidad, recordándole la larga noche anterior, donde el caos se desató tras la llegada de Baela con la noticia: Viserys había muerto. En ese instante, lo único que Lucerys pudo hacer fue soltar la almohada que sostenía entre sus manos.

Sin tiempo para el duelo, se dirigió a la habitación de su hermano Viserys. Baela le aseguró que los niños estaban dormidos, pero había ordenado que Erin permaneciera con ellos en el cuarto contiguo para vigilarlos. Lucerys entró en la habitación en silencio, observando cómo Baelor dormía profundamente, aferrado a Laenor, mientras Maelor se abrazaba a Viserys, sumido en un sueño profundo. Los besó con ternura, uno por uno, pero no se atrevió a despertarlos. La calma de su sueño era un contraste violento con la tormenta que se había desatado en su propio corazón.

Caminó con pasos firmes, seguido por su escolta, hasta llegar al salón donde su madre ya daba órdenes precisas a los maestres, mientras las Hermanas Silenciosas comenzaban a preparar el cuerpo. Alicent, rota por el dolor, sollozaba en los brazos de Aemond, quien, a pesar del sufrimiento, mantenía una mirada calmada, un apoyo silencioso pero firme para su madre.

El protocolo siguió de manera automática. Todo debía hacerse con precisión: la preparación del cadáver, los arreglos para la cremación. Su padre había pedido ser él quien quemara el cuerpo de Viserys, y su madre no se opuso. Se redactaron los cuervos que anunciarían la muerte del rey, Viserys I Targaryen, a todo el reino, junto con la noticia de que había fallecido en paz. Lucerys también tuvo que escribir a Rhanyes, pues ella había dejado claro que debía ser informada de inmediato, sin importar la hora. Después de entregar el mensaje al maestre Aron, sintió que su cuerpo ya no podía más. Necesitaba descansar, aunque solo fuera unas horas antes del velorio y la cremación.

El omega de las MareasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora