𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎,
Isabelle Lopez entra a la
academia Brooklyn Visions,
y su vida se torna de cabeza
cuando conoce a Miles Morales,
un morocho ojiavellana que
la vuelve completamente loca,
pero ella no lo sabe todavía.
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gente no se que me pasa, termino de escribir un capituló y a los 2 minutos empiezo a escribir otro
¿Les gustaría que Isabelle y Miles se declaren en un capítulo escrito totalmente por mi o en la película?
20-25 votos para el siguiente cap!
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Narra Isabelle:
Estaba leyendo Boulevard en mi escritorio, cuando sentí una presencia cerca mío, volteé a ver y fruncí el ceño al encontrarme con Miles, usaba un poloche blanco y unos sweatpants grises.
—¿Miles?, ¿Que haces aquí?—Cuestione mientras dejaba el libro en mi escritorio, y acercándome a el . —Vengo a hacer algo que debí hacer hace mucho tiempo.-Dijo acercándose a mi y inconscientemente quede acorralada en una esquina.
Reí nerviosa.—¿Q-que?, ¿D- de que hablas?— Dije mientras miraba a los lados, este agarró mi rostro delicadamente y lo volteo hacia su rostro, acercándose peligrosamente a mis labios.
—Silencio cariño, calladita te ves más bonita.—Y con esto beso mis labios, fue un beso lleno de deseo, esto me sorprendió, pero le seguí el beso.
Lleve mis manos al cuello de Miles, este me agarró por la cintura y se sentó en la silla, colocandome encima de él.
Nos separamos por la falta de aire, Miles me miro de arriba a abajo, yo traía puesto un pijama, pues era de noche, aunque era un poco vergonzoso, tenía pantalones de spiderman y una franela corta.
Miles me beso nuevamente mientras yo ponía mis manos en su cuello y este acariciaba mi pelo.
De un momento a otr- Beep, beep, beep
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Narra Isabelle:
Domingo.
10:35am
Me levante de golpe al oír el sonido de mi alarma, y suspiré levemente al pensar que fue un sueño, un buen sueño.
Dirigí mi mano a mi reloj para apagarlo, y fruncí el ceño cuando este se pego a mi mano.
¿De nuevo?, ¿enserio?
Me caí de la cama al intentar sacudir mi mano, no se como pasó eso, no pregunten.
Y me quede pegada en el piso.
Me despegué más fácilmente, pero había tropezado con un abrigo que había en el suelo y caí en la barandilla del balcón.
Intenté despegarme de ella, pero adivinen.. tampoco funciono.
Despégate, ¡Maldita sea!
Pasó una manada de palomas, y justo cuando pensé que no se podía poner peor, lo hizo.
