𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎,
Isabelle Lopez entra a la
academia Brooklyn Visions,
y su vida se torna de cabeza
cuando conoce a Miles Morales,
un morocho ojiavellana que
la vuelve completamente loca,
pero ella no lo sabe todavía.
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GRACIAS POR EL APOYO LOS AMO 🫶🏻 Se que la otra historia no ha llegado a los +5 votos, pero que puedo decir, me dio por escribir esto y amo verlos sufrir 😈 10 votos para el siguiente capítulo
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Narra Isabella:
Jueves.
10:42 am
Mylo ｡^‿^｡
10:05 am Mylo, ¿donde estas? la profesora te pondrá tardanza!
10:10 am Le dije a la profesora que tenías una cita médica para que no te bajen 5 puntos, de nada
10:15 am Miles, tenemos que entregar nuestro trabajo en 20 minutos, ¿recuerdas?
10:25 am Perdón, no quiero sonar intensa ¿estas bien Miles?
10:40 am Entregue el trabajo sola, realmente espero que tengas una buena excusa, Morales.
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Cerré mi celular frustrada para guardarlo en mi bolsillo, Bryan, un compañero de clase que tomó el asiento de Miles me habló.
—¿Qué te pasa, Isabelle?—Pregunto el rubio, haciendo que me alejara de mis pensamientos, que estaban llenos de las cosas que le pudo haber pasado al morocho.
—Nada— Respondí cortante.—Ah ok.. este, quería preguntarte si querías ir por un helado el jueves? S-si quieres claro- Se interrumpió a sí mismo.
Lo debatí por unos segundos, Bryan no era un chico malo, de hecho era bueno y bastante inteligente.—Me encantaría!, te veo el Jueves siguiente supongo— Respondí guiñándole un ojo y parándome para irme, ya que había sonado la campana.
Al salir, sentí como Emma ponía su brazo alrededor de mis hombros.—Oye, Bryan Davis te acaba de invitar a una cita o me estoy volviendo loca?—Dijo mi amiga japonesa.
—¿Qué comes que adivinas?—Cuestione divertida.—Lo acaba de gritar en el pasillo.. entonces no era muy difícil averiguarlo.—Dijo.
—Dios, me estoy arrepintiéndome de decirle que si..- Dije poniendo mi mano en mi frente.—Pero..¿Qué pasó con Miles?—Pregunto curiosa la azabache.
—¿A que te refieres?—Respondí.—Pues.. no se, cuando el estaba en el dormitorio ustedes estaban muy ositos cariñositos.—Dijo.—¿Tu no estabas durmiendo?- Fruncí el ceño.—Tengo mis contactos.—Subió los hombros.
